Mayo 2007 | Año 3. Nº 17
UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA, Argentina
 


La universidad
en el Cordobazo


La Facultad puso en marcha
el Centro de Publicaciones


Archiveros participaron
en jornadas en Neuquén


Talleres de fotografía

y teatro para niños


Mabel Brizuela, premiada por su trayectoria en investigación teatral

M. Svampa: "La asamblea, como expresión de la sociedad organizada, es fundamental"

El hombre solo: caricatura, anomalía y espantajo, por Eduardo Rinesi


· El musicólogo chileno Juan Pablo González en la FFyH

· Un cine de regiones: De Lillo y la experiencia napolitana



Artes, los orígenes de la Escuela (segunda parte)

1
· La computadora, como un lápiz o un pincel
3
· La conjura de los necios, de John Kennedy Toole
5

· Ya está en marcha la Orquesta Sinfónica de la UNC

· Jornadas sobre recursos tecnológicos para la enseñanza universitaria

· Lektón, una revista de estudiantes

· Presentan un libro sobre los procesos de privatización de la vida y el conocimiento

· Se estrena "Ana" en el Cineclub Municipal

· Seminarios, cursos, encuentros
y jornadas
7

 


 


Editorial

La Universidad en el Cordobazo[1]

En radiotosco.blogspot.com se pueden encontrar numerosas imágenes de revistas de la época.f
Imágen extraída de http://radiotosco.blogspot.com/

A mediados de los ´60 el modelo universitario no estaba exento de contradicciones y mostraba signos de un temprano cansancio. El principal problema fue el sistema productivo -acotado y de distorsionado crecimiento- y el carácter profesionalista y tradicional de la educación superior, que impidió una adecuación acelerada de la universidad a las necesidades del desarrollo científico-tecnológico impulsado por las propuestas del desarrollismo. Entre los síntomas a resaltar podemos nombrar que la masificación de la universidad, es decir, el incremento en la matrícula, presionó negativamente sobre la calidad de la enseñanza y el aumento de los egresados creó severas tensiones sobre las oportunidades ocupacionales, en un aparato productivo incapaz de absorberlos. De todas maneras, el sistema universitario de los sesenta había logrado un razonable impulso al intentar transformarse y adecuarse a los proyectos renovadores.
El golpe del ’66, que inaugura la dictadura de Onganía, mostró escasa imaginación y una falta total de proyecto universitario. Entre las presiones cientificistas y las corporativistas sólo atinó a aplicar un régimen sólidamente autoritario, eliminando la vida política de la universidad, cercenando la autonomía universitaria y suprimiendo el cogobierno. La intervención a las universidades, después del golpe del 66, expulsó a una gran cantidad de docentes, intelectuales y científicos que debieron presentar su renuncia por no acatar a las autoridades de la intervención. El periódico “La Voz del Interior”, en esos días, comentaba que “por Resolución del Poder Ejecutivo se suspenden docentes universitarios, bajo las disposiciones de la ley 16.912”. Esta legislación dicta la intervención en las universidades que, a partir de ese momento, comienzan a depender del Ministerio de Educación, y se suspenden las actividades de los consejos directivos y del Superior.
El rasgo ideológico dominante del onganiato fue el anticomunismo a ultranza y la represión a toda manifestación de oposición e inconformidad al modelo impuesto; representativo de esto será “La noche de los bastones largos” en Buenos Aires y el asesinato del estudiante Santiago Pampillón en Córdoba.
La política de autoritarismo ostensivo de Onganía, como lo expresa Facundo Ortega, fue vivida como una singular frustración por estudiantes e intelectuales que vieron ahogadas sus expectativas individuales, políticas y sociales. La irritación e impotencia que creó el golpe del ´66 es un antecedente importante para comprender la participación masiva de estudiantes e intelectuales en la protesta social del ´69.
Los acontecimientos de Corrientes y Rosario en las primeras semanas de mayo del ´69, en coincidencia con los sucesos del 15 de mayo en el Córdoba Sport, donde se reprime a los asambleístas del SMATA, van a ser detonantes junto a otros sucesos del alza del movimiento estudiantil.
Las movilizaciones estudiantiles de mayo del ´69 superan ampliamente a las anteriores, pero hay un elemento importante a resaltar, que es el distanciamiento que el movimiento estudiantil toma de las formas orgánicas y tradicionales de los aparatos de representación estudiantil, que darán lugar con el tiempo a nuevas formas democráticas y de autogestión.
La crisis de legitimidad de la conducción tradicional del movimiento estudiantil produjo el surgimiento de formas de democracia directa que dio motivo a la aparición de una nueva dirección integrada por cuadros surgidos casi espontáneamente de la base; ello abrió paso a una nueva generación de activistas y de dirigentes políticos que tendrán protagonismo en y luego del Cordobazo. La crisis de legitimidad no sólo involucraba a las organizaciones estudiantiles, sino que era extensiva al resto de los partidos políticos, que en su interior sufren polémicas y críticas severas de los sectores jóvenes, que cuestionan las formas tradicionales de la práctica política y muchas veces conformarán nuevas fracciones dentro y fuera de las organizaciones.
Lo novedoso de este renovado movimiento estudiantil estuvo dado por la participación masiva de los estudiantes en los reclamos en torno a la situación académica: libertad de cátedra, pluralismo teórico, autonomía universitaria, concursos. Muchas veces estos reclamos fueron acompañados en las asambleas por profesores, alguno de los cuales habían sido expulsados por el golpe del ´66.
Otra posición del movimiento estudiantil apuntó a hacer una crítica al sistema educativo en su totalidad, al que entendía como el principal vehículo de reproducción ideológica del sistema capitalista. Estas posiciones llevaron a impulsar, como práctica política y de cuestionamiento, la creación de cátedras paralelas.
A lo largo de los sesenta, la masificación de la universidad permitió el ingreso de nuevos grupos sociales, relacionados con los sectores de servicios y productivos; muchos de estos estudiantes estaban vinculados a sindicatos con intensa actividad política, como Luz y Fuerza o SMATA, y a pequeñas empresas subsidiarias de la renovación industrial que habían surgido en Córdoba por esos tiempos. Esto facilitó el fortalecimiento de las relaciones entre el movimiento estudiantil y los movimientos políticos y sociales.
Las reivindicaciones sostenidas en este movimiento marcaron la década del setenta tanto en las nuevas prácticas políticas, en las formas de organización, como en las formas de expresión de las organizaciones populares.
El Cordobaza impulsó en la universidad una pronta radicalización de las organizaciones estudiantiles, que ya no buscaron en las viejas tradiciones políticas universitarias sino que el imaginario comenzó a rescatar políticas e ideas con cuestionamientos más amplios y radicales.
Las organizaciones estudiantiles comienzan a plantearse una lucha que excede totalmente el campo gremial propiamente dicho, y hacen extensiva su mirada a la caída del régimen burgués y la creación de una nueva república.

Dardo Alzogaray
Docente e investigador

1. Texto realizado en base al artículo “Los estudiantes en el mayo cordobés”, publicado en la revista Estudios Nº 4 del Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba (1994), escrito por Horacio Crespo y Dardo Alzogaray.


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