Mayo 2007 | Año 3. Nº 17
UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA, Argentina
 


La universidad
en el Cordobazo


La Facultad puso en marcha
el Centro de Publicaciones


Archiveros participaron
en jornadas en Neuquén


Talleres de fotografía

y teatro para niños


Mabel Brizuela, premiada por su trayectoria en investigación teatral

M. Svampa: "La asamblea, como expresión de la sociedad organizada, es fundamental"

El hombre solo: caricatura, anomalía y espantajo, por Eduardo Rinesi


· El musicólogo chileno Juan Pablo González en la FFyH

· Un cine de regiones: De Lillo y la experiencia napolitana



Artes, los orígenes de la Escuela (segunda parte)

1
· La computadora, como un lápiz o un pincel
3
· La conjura de los necios, de John Kennedy Toole
5

· Ya está en marcha la Orquesta Sinfónica de la UNC

· Jornadas sobre recursos tecnológicos para la enseñanza universitaria

· Lektón, una revista de estudiantes

· Presentan un libro sobre los procesos de privatización de la vida y el conocimiento

· Se estrena "Ana" en el Cineclub Municipal

· Seminarios, cursos, encuentros
y jornadas
7

 


 


Sin Fronteras

"El rechazo a la música popular también es un rechazo a los sectores sociales que la practican"

El musicólogo chileno Juan Pablo González visitó la FFyH y dictó una conferencia en el Pabellón Residencial, organizada por el Doctorado en Artes y el Departamento de Música. En diálogo con Alfilo, habló sobre la música popular, los problemas de la musicología para abordarla y el desinterés de la academia y los intelectuales por este género.


El musicólogo chileno visitó la FFyH y dio una conferencia en el Pabellón Residencial.

El 18 de mayo se realizó en el Pabellón Residencial la conferencia "Nueva musicología y música popular latinoamericana", a cargo del destacado musicólogo chileno Juan Pablo González. La actividad estuvo organizada por el Doctorado en Artes y el Departamento de Música de la Escuela de Artes.
González es un especialista del Instituto de Música de la Universidad Católica de Chile. Recibió su doctorado en Musicología en 1991, en la Universidad de California de Los Ángeles, y desde el año 2000 es presidente de la Rama Latinoamericana de la Asociación Internacional de Estudios de Música Popular.
Publicó numerosos artículos en revistas de América Latina y Estados Unidos y escribió varios libros referidos a la musicología y la música popular, entre los que se destacan Hacia el estudio musicológico de la música popular latinoamericana (1986); Clásicos de la música popular chilena. 1960-1973 Raíz folclórica Vol II (1998) e Historia social de la música popular en Chile. 1890-1950 (2004).
También fue presidente de la Sociedad Chilena de Musicología; coordinador de Artes y Humanidades del Departamento de Posgrado de la Universidad de Chile y director de Investigación de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.
Al finalizar la conferencia, González brindó una entrevista a Alfilo, en la que se refirió a la música popular latinoamericana y su influencia en el mundo, sus problemas y las formas que se plantean desde la musicología para abordarlos. También criticó duramente a la academia por “rechazar” la música popular propia de su comunidad.

Masiva, mediatizada y modernizante
El interés por la música popular en América Latina comenzó a fines de la década del 70, coincidentemente con lo que sucedía en Norteamérica. Sin embargo, su desarrollo fue más lento, aunque en estos momentos se puede decir que el estudio de la música latinoamericana ya se consolidó dentro de la musicología, como lo demuestran los congresos interdisciplinarios realizados recientemente en ciudades como La Habana, Santiago de Chile y Bogotá; los congresos anuales de la Asociación Argentina de Musicología; los simposios latinoamericanos y las publicaciones como el Latin American music review y la Revista musical chilena.
Una de las mayores dificultades que encuentran los estudiosos de la música popular es, justamente, definir qué se entiende por este término. En su artículo “Musicología popular en América Latina: síntesis de sus logros, problemas y desafíos”, publicado en enero de 2001 en la Revista musical chilena, González caracteriza a la música popular urbana como “una música mediatizada, masiva y modernizante” y explica que “es mediatizada en las relaciones música/público, a través de la industria y la tecnología; y música/músico, quien recibe su arte principalmente a través de grabaciones. Es masiva, pues llega a millones de personas en forma simultánea, globalizando sensibilidades locales y creando alianzas suprasociales y supranacionales. Es moderna, por su relación simbiótica con la industria cultural, la tecnología y las comunicaciones, desde donde desarrolla su capacidad de expresar el presente, tiempo histórico fundamental para la audiencia juvenil que la sustenta”.

Música popular latinoamericana
En la entrevista con Alfilo, González, diferencia a la música clásica de la música popular por la forma de transmitirse entre los propios músicos y el público. “En la música clásica, la transmisión se produce a través de la escritura, mientras que la música popular se instala fuera de la escritura, por lo que tenemos dos alternativas: la oralidad, donde aparece la música conocida como ‘de tradición oral’ o ‘folclórica’ y el soporte grabado”, explica.

- ¿Cuál es la tarea del musicólogo con respecto a la música popular?
- Justamente, poder dar cuenta de los fenómenos que son relativamente nuevos para formas de estudio de la música original, que ha desarrollado su enfoque metodológico en relación con el soporte escrito y el soporte oral, pero no el soporte grabado, también llamado mediatizado.

- ¿Cuáles son los problemas que se presentan desde la investigación para abordar este tipo de música?
- El soporte grabado es un aspecto, porque el fenómeno de la grabación supone un trabajo distinto sobre el producto estético resultante. Hay una mayor elaboración de lo sonoro, entendido como lo que se puede hacer en un estudio de grabación. La musicología no está acostumbrada a trabajar con lo sonoro, sino más bien con lo musical, según la tradición escrita y oral. Si estudiamos al público, que es el eslabón olvidado de la musicología, porque se ha enfocado mucho en el artista y en las instituciones pero no tanto en el público, entonces, en relación a la grabación vamos a tener, por un lado, los conceptos de masividad y consumo y, por otro, las distintas formas de apropiación y administración de esos soportes. De alguna manera, hay más autonomía del público.

- Si bien hay distintos tipos de música popular en todos los países del mundo, en América Latina ¿los problemas son los mismos que en otros lugares?
- No, hay particularidades. El sonido grabado va a ser generado y administrado desde la producción, ya no desde el punto de vista del consumo. Es una industria y, entonces, esa industria va a tener una vocación internacional y necesidad de compartir tecnologías. Pero, como se produce una interacción importante entre la música popular grabada y la música popular oral, tanto en ámbitos rurales como urbanos, ahí comienzan a darse las particularidades. La música popular es una música que surge de la mezcla, considerando que la gran mezcla fue el negro con el blanco. Esas mezclas también son particulares y, de alguna manera, nos diferencian. Las particularidades tienen que ver con las características de cada país, y una manera de verlas es distinguir la composición de su población: si hay mayor migración europea, mayor presencia de pueblos indígenas, los componentes afro americanos, etcétera. También hay que ver si son países más urbanos o rurales, cuál es el clima. Todo eso va generando un tipo de música popular.

-¿Cómo influyó la globalización en la música popular latinoamericana?
- No veo tanto la influencia en nosotros, en tanto que de alguna manera nosotros somos parte de la World Music. Tal vez el concepto de World Music está situado en lo africano, lo árabe o hindú, pero a diferencia de esta música nosotros ya estábamos instalados en el mundo con nuestras músicas. También hay que tener en cuenta que la llamada World Music surge en Inglaterra, en la década del 80, a partir de músicos vinculados al rock que quieren salir de la tiranía que instala el pop y el diseño, buscando autenticidad en otros ámbitos y eso es lo que se encuentra en las músicas auténticas del mundo. Entonces, en el fondo, esto tiene que ver con un tema de consumo y de poder instalar dentro del mercado discográfico una música que sonará más fresca, espontánea y real.

Clásicos de la música popular
El musicólogo también se refirió a los tipos de música que fueron populares en algún momento, como el tango en la década del 40, y que, después de “pasados de moda”, se convierten en clásicos. Dice González: “Si se le agrega la variable histórica a la música popular se van a obtener varios fenómenos; por un lado, como en el tango o los Beatles, hay una tendencia que se llama los ‘clásicos de la música popular’. Los clásicos del rock son clarísimos, pero también hubo rescates, de parte de la industria discográfica, de géneros que se habían olvidado, como lo que ocurrió con el bolero y Luís Miguel. Uno puede considerar que el bolero continuó en el corazón de los mayores, pero hubo un acercamiento de las generaciones jóvenes, que no estaban vinculadas, cuando lo escucharon en la voz del cantante mexicano”.
Por último, González realiza una crítica a la academia porque es capaz de estudiar las formas de diversión o la música de otras comunidades y no de la misma en la que está inserta.

- ¿Usted cree que los ámbitos académicos o intelectuales rechazan la música popular, como ocurre en Córdoba con el cuarteto?
- Esto tiene que ver con el hecho de que los valores asociados a la escritura y la oralidad son los que han conducido el trabajo académico. La escritura supone erudición y, en un momento, se incorpora la oralidad también, que tiene que ver con la pureza y una construcción de la idea de nación, de la identidad desde el Estado–Nación, en base a las culturas tradicionales del territorio. Entonces, la música popular era considerada una música impura y que tenía que ver con la hibridación. El cuarteto está lleno de hibridaciones, desde su origen mismo en la polca. El rechazo tiene que ver con esa hibridación y también con la impureza del mercado, en cuanto hay ciertos intereses creados.
También es muy importante el concepto de diversión y como se conceptúa el cuerpo, que van a ser dos elementos que van a estar muy presentes. La academia va a estudiar la diversión, la construcción de su sentido del cuerpo o su eroticidad en base a la música, siempre que sea de los árabes, africanos o los ‘piel roja’; es decir, la diversión del otro. Pero cuando estás dentro de tu propia cultura te cuesta más, porque el rechazo a esa música, también es un rechazo a los sectores sociales que la practican. La academia, al estudiar esa música, también favorece un reconocimiento o inclusión de esos sectores de la población que han sido excluidos o discriminados desde el poder.

Para conocer más:
- www.jpgonzalez.scd.cl
- http://www.scielo.cl
- "Musicología popular en América Latina: síntesis de sus logros, problemas y desafíos", Juan Pablo González, Revista Musical Chilena, 2001.
- "Estrategias para entrar y permanecer en la musicología popular", ponencia de Juan Pablo González en el V Congreso de la Asociación Internacional para el Estudio de la Música Popular, Río de Janeiro, Universidad de Río de Janeiro, 2004.