Por una verdadera democratización en la UNC

Ese fue el llamado de atención de lxs integrantes de la FFyH que participaron como oradores en la Asamblea Universitaria que se llevó a cabo el 29 de marzo para tratar la extensión de los mandatos unipersonales de autoridades de la UNC a periodos de 4 años. La propuesta oficialista finalmente fue aprobada por 180 votos, 5 rechazos y 89 abstenciones.

La Asamblea, reunida en la Sala de las Américas del Pabellón Argentina, estuvo presidida por el rector Jhon Boretto, acompañado por la vicerrectora Mariela Marchisio, el secretario General Daniel Lago y la prosecretaria General Paola Campitelli. Comenzó minutos después de las 14 y a las 17 comenzó la votación.

Participó el 96 por ciento de los integrantes de la Asamblea, que corresponden a los representantes de los distintos claustros de las 15 facultades de la UNC (docente, estudiantes, no docente y egresados). El 67% de los asambleístas presentes votaron positivamente (180), un 32 por ciento se abstuvo (89) y sólo el 1 por ciento votó en forma negativa (5).

Entre los votos de la FFyH hubo 16 abstenciones y dos votos positivos.

De esta forma, el máximo órgano de cogobierno universitario aprobó la modificación de los artículos 16 (primer párrafo, última parte) y 33 (párrafo tercero) en relación con la duración de los mandatos de las autoridades unipersonales y la inclusión de una cláusula transitoria relacionada con la vigencia de los mandatos actuales de las autoridades rectorales y decanales. El temario de esta Asamblea fue votado y aprobado días atrás en forma unánime por el Consejo Superior.

Con estas modificaciones, quienes sean elegidos rector/a o decano/a permanecerán en el cargo por un período de cuatro años. Además, la Asamblea Universitaria también aprobó cláusulas transitorias para ambos casos, a fin de ordenar los procesos electorales y los plazos de vencimiento de mandatos.

En el caso de las autoridades rectorales, en virtud de la modificación establecida en el artículo 16 del Estatuto, el mandato se prorroga por el plazo de un año, desde su vencimiento el 31 de julio de 2025, hasta el 31 de julio de 2026.

En el mismo sentido, a partir del cambio en el artículo 33 del Estatuto, el mandato de las actuales autoridades unipersonales decanales se prorroga por el plazo de 8 meses desde su vencimiento el 30 de noviembre de 2024 hasta el 31 de julio de 2025. La cláusula transitoria aprobada sostiene que “las autoridades decanales que resulten electas en los comicios del año 2025, tendrán un plazo de duración de sus mandatos de 3 años, por lo que los mismos vencerán el 31 de julio de 2028”.

La realización de esta Asamblea se complementa con la conformación de una comisión ad hoc en el Consejo Superior para continuar tratando aspectos centrales de la democratización universitaria y de la actualización del Estatuto, para ser debatidos en una futura Asamblea Universitaria a desarrollarse en el segundo semestre de 2023.

La palabra de la FFyH

Entre los oradores y oradoras, por parte de la Facultad de Filosofía y Humanidades tomaron la palabra la consejera estudiantil Sofia Squire y lxs consejerxs docentes Javier Moyano y Alejandra Castro.

Castro, consejera por la lista docente La Verde, advirtió que llegaron hasta esta  Asamblea “prácticamente sin información, sin argumentos consistentes de por qué se pretende este cambio en los Estatutos, por qué los mandatos de las autoridades unipersonales de la universidad, decanxs y rectorxs, deben pasar de 3 a 4 años”. “¿Qué diagnóstico, qué razones se valoraron para hacer esta propuesta?”, se preguntó.

“¿Por qué este tema que nunca estuvo en agenda (y alguno de los que sí lo están, que quedaron pendientes de la última asamblea universitaria y el oficialismo prometió tratar) aún no se ha cumplido con esa palabra. ¿Cuál es la urgencia de este tema para que, en menos de un mes, sin discusión se haga esta convocatoria? por qué el apuro de hacer esta Asamblea sin haber garantizado mínimas condiciones de información para el debate y la producción de los consensos necesarios para la toma de decisiones en un sistema democrático”, prosiguió Castro.

A continuación, la consejera docente también recordó la última Asamblea Universitaria de 2016. “Fue una Asamblea en la que se trató un tema crucial para nuestra comunidad universitaria: el cambio de un sistema indirecto a uno directo para la elección de las autoridades unipersonales. Sin duda la aprobación del sistema directo fue un gran avance en términos de ampliar la democracia universitaria. Todos los sectores estábamos de acuerdo con ese cambio, reivindicación que ya había sido levantada por el espacio político Cambio Universitario desde 2007 y que, incluso, dio lugar a la convocatoria a una asamblea, finalmente suspendida ya que no se había alcanzado todavía el consenso suficiente. También recordamos que, en 2016, hubo diferentes posiciones y propuestas respecto a cómo materializar ese cambio de sistema del voto directo. Desde nuestro espacio político, propusimos y defendimos el sistema directo con una doble ponderación, por claustro y por facultades, en una línea de argumentación, en la que, reconocíamos diversidad de poderes e influencia, tanto de claustros como de unidades académicas, y que por lo tanto ese voto directo, para no producir y profundizar desequilibrios que atentaran contra la misma propuesta de profundización de la participación, era necesaria una doble ponderación como herramienta capaz de garantizar igualdad en las voces y entre facultades. Hubo interesantes y profundos debates, entre claustros, entre grupos políticos, como instancias abiertas y publicas preparatorias de esa Asamblea.  Sin duda, esas instancias enriquecen, democratizan y amplían la ciudadanía universitaria”.

“Reclamamos que se llene de contenido político estas instancias de debate que tiene la Universidad, como es la Asamblea Universitaria, en donde seamos convocados a debatir verdaderas y profundas cuestiones que hacen al modo de gobierno que queremos, a los modos más justos de representación de las mayorías y las minorías, por ello es necesario y urgente revisar el sistema de elección de rector o rectora en la UNC, y generar las condiciones para un debate real e integral de los asuntos que amplían y profundizan la democracia universitaria”, concluyó.

Moyano, en tanto, justificó su abstención en varios puntos, el primero, marcando la diferencia entre los dos asuntos que se votaban: la extensión de los mandatos en el estatuto y la prórroga excepcional de los mandatos vigentes, en el cual “los decanos oficialistas votarán la prórroga excepcional de sus propios mandatos”.

Luego, como casi todos los consejeros de la oposición, recordó las condiciones en las que sesionó la anterior asamblea universitaria, realizada hace siete años en el complejo Feriar: “Aquella asamblea tuvo una legitimidad frágil si dependió del uso de camiones hidrantes y de perros policiales que encaraban a ciudadanos manifestantes, y en la que fueron excluidas dos facultades. Hay fotos y audios de esa asamblea que lo confirman”.

En el tercer punto Moyano reclamó “revisar las ponderaciones por facultad para profundizar la democracia, de mínima en sentido liberal, a los fines de que otorguen derechos ciudadanos a quienes no lo tienen, una lucha clásica por la ampliación de la ciudadanía”. También reclamó “eliminar distinciones al interior del claustro docente”, punto en el que remarcó que “por inercias del lenguaje nos denominamos estamentos, pero nuestra estructura institucional no debe ser la de una sociedad estamental. En nuestra Facultad somos pioneros en eso en elección de direcciones de escuelas y departamentos. La ponderación se sustenta principalmente en efecto de las decisiones políticas sobre quienes tenemos relación de dependencia de quienes no, por ende, no puede ser que un voto de titular en elección de rector valga el triple que el de un asistente”.

Otro punto de fuerte carácter político fue la solicitud de “retiro de distinciones académicas a funcionarios de dictaduras”, que recibió gran aprobación por parte de quienes estaban de cuerpo presente en la Sala de las Américas, y cuando reclamó “abandonar el silencio ante la criminalización de la protesta de nuestros estudiantes, que además procura clausurar repertorios de lucha arraigados desde hace más de 100 años”, momento en que las bancadas estudiantiles opositoras al actual rectorado aprovecharon para cuestionar con cánticos a las agrupaciones estudiantiles de oficialistas. “Soy historiador y acá hay usos de la historia y de los homenajes por parte de las instituciones. Tenemos una avenida que se llama Enrique Barros y una fórmula de juramento por los principios de la reforma que muestran una tensión entre los usos de la historia y el silencio actual frente a estos hechos de criminalización de la protesta estudiantil. Los reformistas no sólo tomaban edificios universitarios, derribaban estatuas, expulsaban a las fuerzas policiales, interrumpían elecciones de rector; designaban estudiantes como rector y decanos”.

Para finalizar, enunció dos pedidos de “nuestros compañeros y compañeras”: la primera que se suspenda “cualquier modificación en reglamentos de subsidios a la investigación sin previa consulta a les trabajadores docentes investigadores afectados. Tenemos obligación de investigar y Secyt es para la mayoría la principal fuente de financiamiento. Con el anterior rector Juri se trabajó durante meses una comisión y ahora la refundación está muy apurada”. La otra apuntó a la crítica situación de Daspu: “Hay demoras en los turnos, en autorizaciones de medicamentos, en las prácticas y en la atención en centros de salud privada”.

Sofia Squire, estudiante de Letras Modernas, consejera por Estudiantes al Frente y militante de La Bisagra, arrancó diciendo que “creemos importante empezar esta intervención presentándonos para así evitar cualquier sesgo en nuestro posicionamiento. Somos Estudiantes por la Universidad Pública, un frente de estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba con un propósito: que la universidad sea accesible a más personas, que esas personas permanezcan y finalmente egresen con la conciencia de que están en una universidad pública sostenida por toda la sociedad argentina”.

Y, como habían hecho los otrxs dos consejerxs de la FFyH, recordó lo ocurrido en la última Asamblea: “Hoy nos encontramos participando nuevamente de una Asamblea Universitaria, máximo órgano de cogobierno de la UNC, la cual fue llamada por última vez hace ya siete años. El recuerdo de aquella Asamblea abre para nosotres una herida que no ha sanado y no parece que vaya a sanar con los temas planteados para la reunión de hoy, donde votaremos la extensión de mandatos sin darnos el tiempo pertinente para discutirlo en la comunidad universitaria. Y si no creen que sea así, pregúntenle a cualquier estudiante de la universidad ¿Para qué se está reuniendo la Asamblea Universitaria? Y aún más importante ¿Qué es lo que vamos a decidir? Sin mencionar que el temario, aprobado en el Honorable Consejo Superior deja de lado elementos sobre la democratización universitaria que son, a nuestro parecer, más urgentes en la actualidad y que ni siquiera están siendo considerados”.

A pesar de las críticas, Squire celebró en su discurso esta instancia: “Es importante que nuestro máximo órgano de cogobierno se reúna periódicamente y proponga discusiones reales”, para concluir que “a 40 años del retorno de la democracia, sostenemos que no se ha garantizado una ampliación en lo que respecta a procesos que profundicen el ejercicio de la ciudadanía en nuestra casa de estudios durante los últimos años”.

Con un claro posicionamiento político, al comienzo de la Asamblea, la Decana de la Facultad de Ciencias Sociales, María Inés Peralta, había leído un documento de la agrupación Vamos, al que adhirieron la Decana de la FFyH, Flavia Dezzutto, y amplios sectores universitarios. Allí se destaca que resulta urgente “dar comienzo a un tiempo de debate amplio y abierto para concretar una verdadera democratización de la UNC”.

Entre otros aspectos, Peralta planteó que es necesario avanzar en temas centrales de agenda pública de la UNC: “1- la revisión de ponderaciones electorales que democraticen el peso relativo de los campos de conocimientos representados por las diferentes Facultades. 2- la reconsideración del peso relativo de los colectivos o claustros que conforman la  gran comunidad universitaria: a-reconocer el pleno y equivalente valor electoral de las y los docentes de la UNC, con independencia del estamento al que pertenezcan en el marco de la doble ponderación por Facultades o, al menos en    el claustro docente, b- reconocer al colectivo nodocente una representación electoral mayor, acorde a la importancia de su rol en la vida de la universidad; c- la inclusión de docentes y estudiantes de nuestros históricos y prestigiosos colegios preuniversitarios como electorxs en los comicios rectorales”.

“Ante esta agenda imprescindible, nuestro espacio político de Vamos se compromete al proceso que se inicia con esta Asamblea y que cuenta ahora con una Comisión Ad-Hoc del Consejo Superior, que debe estar abierta a la consulta, el debate y la generación de consensos responsables y comprometidos en vistas a las próximas Asambleas que nos  encuentren democratizando nuestra Universidad Pública”.

Los artículos del Estatuto modificados por la Asamblea Universitaria se encuentran en: https://digesto.unc.edu.ar/handle/123456789/461975