“La empatía es una herramienta para elaborar una sociedad más justa”
Patricia Brunsteins trabaja desde hace varios años con este concepto a partir de una perspectiva filosófica. Aquí cuenta cómo empezó a estudiar sobre el tema y sus posibles aplicaciones en el campo de los derechos humanos.
“¿Por qué no tuvo éxito Gran Hermano este año?”, le pregunta la periodista de Página 12 a Bernarda Llorente. Ella, que estuvo junto con Claudio Villarruel al frente de la programación de Telefe durante 10 años, contesta: “Creo que hubo un abuso del formato. A Gran Hermano hay que dejarlo descansar, el formato funciona si la gente construye empatía con los personajes, pero si se los cambiás todo el tiempo no llega a construir nada”.
Como en este caso, hay numerosos conceptos teóricos que las personas usan constantemente. Todo el mundo entiende de qué hablamos cuando hablamos de “empatía”. Sin embargo, este concepto es parte de una discusión filosófica desde hace por lo menos 150 años y, en la actualidad, es objeto de estudio de filósofos, psicoanalistas y psicólogos que se dedican a trabajar sobre esta noción.
En el Ciffyh, Patricia Brunsteins, Doctora en Filosofía, docente de la Escuela de Filosofía y directora del proyecto “La empatía desde la filosofía de la mente: un enfoque naturalizado e integral de sus aspectos cognitivos, afectivos y morales”, se dedica a estudiar este tema desde 2006, junto con un equipo de investigación actualmente compuesto por Irene Audisio, Estela Cherubini, Mariana Fernández, Patricia Morey, Ariel Olmedo y Sandra Visokolskis.
Si bien en los últimos años hubo una explosión de investigaciones interdisciplinarias en el campo de la filosofía de la psicología, la psicología cognitiva, la psicología evolucionaria y las neurociencias respecto del fenómeno de la empatía, como se desprende del título, este proyecto de investigación consiste en una elucidación teórica del concepto de empatía desde la filosofía de la mente.
– Arranquemos desde el principio. ¿Qué es la filosofía de la mente?
– Dentro de la filosofía existe un área que se llama filosofía de la mente, que es a lo que yo me dedico y no es nada tan esotérico como parece. Así como desde la filosofía de la mente hay un grupo de filósofos que se dedica a investigar la relación mente-cerebro o mente-cuerpo según los distintos enfoques, hay otro grupo que se encarga de evaluar si hay concepciones teóricas que explican cómo la gente cotidianamente le atribuye a otros, deseos, creencias o intenciones. Es decir, si veo que vos ponés una cara particular, con el ceño fruncido y una mirada dura creo por ejemplo: «Él está enojado porque antes le pasó algo”. Yo te atribuyo el enojo y sé que podés comportarte de determinada manera. Parece que las personas hacemos eso constantemente. Desde frenar en una esquina, no sólo porque nos ponen la boleta, sino porque pensamos que si seguimos andando con la luz roja, el otro auto nos va a chocar. Hay ciertas reglas y modos de comportamiento que uno más o menos entiende o puede predecir de un modo muy básico para manejarnos en nuestra vida cotidiana. Desde la filosofía de la mente hay distintas teorías para explicar esto. Se llaman estrategias de atribución mental o mindreading (lectura de mente), que tampoco es una lectura de mentalista, sino alguna explicación teórica de un tipo de mecanismo que poseemos.
– ¿Cómo empezaste a trabajar con este tema?
– Yo hice mi tesis doctoral dedicándome a esas teorías o estrategias de atribución mental. Dentro de esas estrategias, hay algunas que suponen que usamos una teoría, otras que piensan que actuamos según cierto criterio de racionalidad y hay otros enfoques que dicen, por ejemplo, que yo me imagino, empatizo, me pongo en el lugar del otro y simulo ser el otro, aunque yo sé que no soy el otro. Me pongo en los zapatos del otro y sé que en su lugar haría tal y cual cosa. Estos últimos enfoques ponen más énfasis en lo emocional. Yo estudié todo eso e hice mi tesis, pero me quedó la duda sobre cómo esas teorías utilizan la noción de empatía cuando efectúan una simulación mental. Entonces empecé a investigar y me di cuenta de que hay un gran desarrollo teórico independiente de esta discusión, que por un lado viene con toda la carga de los comprensivistas del siglo 19, pero por otro lado aparece con la neurociencia social cognitiva que efectúa investigaciones empíricas para ver cómo empatizamos y si todos lo hacemos de la misma manera y con similar intensidad.
– O sea, en el proyecto el eje es la empatía y se trabaja desde la filosofía, así como otros investigadores pueden encararlo desde las neurociencias.
– En el ámbito de las estrategias de atribución mental, y en las relaciones intersubjetivas (que hay muchas: está el contagio emocional, la simpatía, la toma de perspectiva), nos interesa saber qué pasa con la persona cuando empatiza con el otro. Ahí hay tres posturas dentro de la línea de la filosofía que hacemos que podría considerarse “filosofía naturalista”, en donde filosofía y ciencia estarían en un continuo. Para algunos la empatía es solamente cognitiva, para otros es sólo emotiva, y nosotros estamos trabajando una idea, que tiene bastante evidencia empírica a su favor, que es la idea de una empatía integrada, con aspectos emotivos y cognitivos. Desde esa concepción nos dedicamos a los componentes de la empatía, al concepto mismo de empatía y su diferenciación con otros y al marco epistemológico contemporáneo más adecuado para su comprensión que creemos que es la cognicion extendida.
– También la empatía es un concepto que se usa mucho en psicología ¿qué diferencia hay con el tratamiento que hacen desde la filosofía?
– La filosofía de la mente tiene una parte teórica y conceptual, pero también a veces se vincula fuertemente o se la asimila a la filosofía de la psicología. Cuando uno hace estas estrategias de atribución mental trabajan los filósofos conceptuales pero también hay psicólogos que trabajan en laboratorios y que hacen los tests para contrastar las hipótesis, en la línea de la neurociencia social cognitiva y la psicología cognitiva, entre otras.
– Ustedes no hacen tests, sino que trabajan con los conceptos…
– Lo que nosotros hacemos es intentar clarificar conceptualmente y tratar de tener una noción conceptual de empatía compatible con los resultados científicos y que cuando los científicos hablen de empatía sepan que es lo que decimos los filósofos y se traten de eliminar ambigüedades.
– Los psicólogos usarían, para trabajar un marco teórico por ejemplo, el concepto que generan ustedes para después llevar a cabo un test.
– Exactamente. Esa es la idea, pero también la mayor parte de nuestras investigaciones surge del análisis conceptual de las teorías que los psicólogos cognitivos o los neurociencistas sociales proponen. Es un ida y vuelta, o al menos, debería ser.
– Algo voy entendiendo…
– Pero para eso dividimos nuestra investigación en tres partes. Por un lado, delimitar de qué hablamos cuando hablamos de empatía: si es emotiva, si es cognitiva o si es las dos cosas. Para eso tenemos que diferenciarla de otros fenómenos, que serían los primos hermanos, como la atribución mental o mindreading. Para algunos la empatía es cognitiva y es directamente conocer los estados mentales del otro, para otros empatía es sentir lo que siente el otro. Para otros es resonancia a nivel neuronal con la activación de las neuronas espejo. Después viene el trabajo relacionado con lo que se llama motivación moral o el ámbito del desarrollo moral: nos preguntamos si la empatía es necesaria y suficiente para la moralidad, y hay otros trabajos que ligan la empatía con egoísmo y con altruismo, con el desarrollo de una sociedad más justa.
Empatía y derechos humanos
En el VII Encuentro Interdisciplinario de Ciencias Sociales y Humanas, organizado por el Centro de Investigaciones de la FFyH el año pasado, Brunsteins presentó un trabajo titulado “Empatía. Una herramienta para la construcción de una sociedad más justa”. En él, presentaba una visión de este concepto con el objeto de promover la posibilidad de que sea considerada por diversos especialistas en la difusión, instauración y mantenimiento de los derechos humanos.
Allí Brunsteins sostiene que “una noción de empatía efectivamente interdisciplinaria ayudaría a potenciar sus resultados puesto que generaría por parte de los especialistas dedicados a los derechos humanos en sus diversas funciones, un espacio teórico y práctico que podría utilizarse para incrementar la empatía en circunstancias puntuales”. Es decir, la colaboración entre investigadores y especialistas de diversas áreas sociales que trabajan en derechos humanos, “redundaría en la construcción de un modelo de sociedad más tolerante a las diferencias sociales, de género, políticas y religiosas, entre otras”.
Para esto, la filósofa muestra cómo se reflejan los diversos componentes de la empatía a través de dos ejemplos correspondientes a dos museos diferentes: la “Sala de las vidas” del Museo de la Memoria, instalado en dónde funcionaba el D2 en Córdoba capital y la escultura de “Fallen Leaves” ubicada en uno de patios del Museo Judío de Berlín.
“Todas estas cuestiones que los neurocientíficos trabajan y que los filósofos podemos pulir, nos dan una herramienta que es muy bien utilizada, por ejemplo, en museos. Mi intención era mostrar que esta construcción teórica está presente en aquellos que quieren usar, de alguna manera, la empatía para promover una idea”, explica Brunsteins.
– ¿Qué aplicaciones tiene lo que ustedes trabajan aquí?
– Una es en el campo de los derechos humanos, porque puede darse un acercamiento entre la gente que está en estos proyectos puntuales y quizás toda la descripción teórica los pueda ayudar a aprovechar más los recursos que tienen y el gran trabajo que están haciendo. Se considera el concepto de empatía como una herramienta para elaborar una sociedad más justa y en lugares donde se pueden mostrar las faltas de respeto que ha habido. Para que haya empatía tiene que haber una relación entre dos sujetos. Si al otro lo tratás como a un objeto y no como a un sujeto se pierden las condiciones básicas de ser persona. Si es tratado como otro, como un sujeto, entonces puede haber empatía. Ese es uno de los supuestos teóricos que está detrás de todo el proyecto.
La empatía también está ligada al ámbito estético, al educativo, al evolutivo y también se trabaja la empatía con diversas especies. En filosofía se trabaja mucho conceptualmente, pero a mí gusta apoyarme en evidencia empírica que responda a esas tesis. Me parece que hacer filosofía en el siglo 21 no puede ser hacer sólo un ensayo filosófico teórico que nos reconforte y que quede sólo ahí. Como las ciencias progresan y hay mucho en elaboración y en estudio ocurre lo mismo con las teorías filosóficas, que van variando y se obtienen, creo, mejores resultados.
Por último, la empatía está conectada con las neurociencias que intentan delimitar las bases neuronales de los diversos fenómenos intersubjetivos y con el concepto de desarrollo moral. Algunos filósofos dicen que empatía y moralidad están emparentadas y otros filósofos aseguran que pueden llegar a sostener conductas contradictorias entre sí, porque si uno empatiza con el otro quizás pueda terminar ayudando a los más cercanos, a los que son más parecidos, a uno aún cuando no sea moralmente correcto en ese caso. Creo que la empatía es condición necesaria pero no suficiente para motivar moralmente. Es un elemento posible entre muchos otros para fomentar comportamientos prosociales.
Primer encuentro sobre Empatía e Intersubjetividad: Aspectos Cognitivos, Emotivos y Morales
Organizado por el proyecto que dirige Brunsteins, durante los días 12 y 13 de julio de este año se realizará el Primer encuentro sobre Empatía e Intersubjetividad: Aspectos Cognitivos, Emotivos y Morales, al que asistirán varios investigadores, docentes y estudiantes dela UNSA,la UBA, además dela UNC, que trabajan temas relacionados. “Es un encuentro de intercambio de producción científica entre la gente que está trabajando en Argentina este tema”, dice la filósofa.
Pero también, en este marco, el jueves 12 de julio, a las 10 hs, en el Aula D del Pabellón Residencial (Ciudad Universitaria) se realizará la conferencia “La empatía y la evolución de la moralidad humana”, a cargo del profesor invitado Antoni Gomila Benejam (Universitat de les Illes Balears – España-).
Contacto: investigacion-en-empatia@googlegroups.com
Más información: http://blogs.ffyh.unc.edu.ar/grupoinvestigacionempatia/primer-encuentro/