“La investigación interdisciplinaria genera nuevas potencialidades”
Lo dicen Danuta Teresa Mozejko y Ricardo Lionel Costa, quienes dirigen el proyecto “Borramiento del sujeto y autonomización de lo discursivo. Abordaje crítico”, una original propuesta que reúne a investigadores provenientes de distintas disciplinas y que abordan discursos de formaciones discursivas como la historia, el cine, la comunicación, la literatura, la política, el folklore y los estudios de género.
Danuta Teresa Mozejko y Ricardo Lionel Costa dirigen un equipo de investigación que, en 1997, inició un abordaje interdisciplinario del discurso en el que se articulan Sociología y Estudios del Discurso.
La mayoría de los trabajos publicados por ambos investigadores en este período se ubican en esta línea de investigación y tuvieron como corpus central obras históricas de Bartolomé Mitre y Vicente Fidel López y literarias de Juana Manuela Gorriti y Ricardo Palma.
A partir de 1999, con la incorporación al equipo de docentes-investigadores formados y en formación, ampliaron el análisis y contrastación de hipótesis a otros discursos.
El proyecto presentado a Secyt para los años 2010-2011 se titula “Borramiento del sujeto y autonomización de lo discursivo. Abordaje crítico”. La dirección está a cargo de Danuta Teresa Mozejko. El equipo es co-dirigido por Ricardo Lionel Costa y está integrado por Cristian Cardozo, Sergio Fernández, Alejandra Martínez, Edgardo Rozas, Soledad Segura y Cintia Weckesser.
“Desde hace varios años venimos desarrollando una propuesta teórica que consideramos original por su carácter interdisciplinario y por las precisiones conceptuales elaboradas en el proceso mismo de trabajo. Entendemos que los conceptos sistémicos generados permiten superar problemas fundamentales que, aún hoy, siguen reproduciendo especialistas en Estudios del Discurso o en Sociología cuando abordan el análisis de la relación entre el discurso y lo social con herramientas teóricas de sólo una de las disciplinas”, explican los investigadores.
Hace varios años que vienen trabajando, ¿cómo hacen para que el proyecto no pierda originalidad a lo largo del tiempo?
Mozejko: Hemos ido profundizando y creciendo gracias a dificultades, en buena medida provenientes del mismo desafío que plantea el trabajo interdisciplinario, pero también por la dinámica de nuevos interrogantes que exigieron redefiniciones y conceptos nuevos. En este sentido, la originalidad se construye en el proceso mismo de investigación; siempre hay matices, sorpresas, conceptos nuevos que adquieren, en el sistema teórico, una importancia relevante. En la teoría de la enunciación encontramos todavía muchos aspectos por descubrir y precisar.
Costa: El punto de partida ha sido, indudablemente, el hecho de encarar un trabajo interdisciplinario, novedad y desafío para nosotros, especialmente teniendo en cuenta que provenimos de disciplinas con importantes trayectorias pero separadas, e incluso con historias de exclusiones recíprocas. El segundo aspecto, en cuanto a originalidad, radica en el desarrollo progresivo de una perspectiva teórica que adquiere cada vez más el carácter de propia. El trabajo interdisciplinario ha sido nuevamente clave al respecto, comenzando por la reformulación misma del problema de la relación entre discurso y sociedad como relación entre el agente social y su práctica. A partir de allí, entendemos estar introduciendo aportes teóricos específicos en el ámbito de la teoría de la enunciación, en el modo de abordar lo social y en su articulación, como lo son el desarrollo de la dualidad de sujetos, el doble espacio de posibles y la gestión de la competencia. En tercer lugar, creo que la originalidad se genera en el proceso, como decía Teresa, gracias a la contrastación permanente de las hipótesis que llevamos a cabo los integrantes del equipo analizando nuevos corpus pertenecientes a formaciones discursivas diferentes. Hay un cuarto elemento que quiero destacar. En nuestro programa de investigación no hay un proyecto de los directores al que los demás integrantes aportan contribuciones parciales. Cada uno desarrolla su propio trabajo como tesis de maestría, doctorado, posdoctorado. Lo que genera la unidad y riqueza del proyecto es la articulación de un marco teórico en desarrollo, con su contrastación mediante el análisis de corpus diferentes.
¿Podrían precisar este aspecto?
Mozejko: El equipo de investigación está compuesto por personas que provienen de diferentes disciplinas. Cada uno de ellos elige un corpus para trabajar, y en este momento tenemos un abanico interesante. Con Ricardo estamos trabajando los discursos de apertura de las sesiones legislativas pronunciados por el entonces Presidente Néstor Kirchner; Cristian Cardozo aborda la novelística de Gombrowicz y de Lamborghini; Sergio Fernández analiza los relatos de Manuel Mujica Lainez durante el primer peronismo; Alejandra Martínez toma discursos de género en varones y mujeres de familias no tradicionales; Edgardo Rozas ha elegido los discursos de Agustín P. Justo durante su período presidencial; Soledad Segura trabaja los discursos de organizaciones de Córdoba sobre la democratización de las comunicaciones entre 2001 y 2009; y Cintia Weckesser el discurso legislativo sobre la ley 9182 de Juicio por Jurados en Córdoba.
¿Piensan que es fundamental la interdisciplinariedad en las investigaciones? En su caso particular, ¿se dio o se buscó?
Mozejko: Nosotros la buscamos. No es fácil. Desde el comienzo surgen muchas cuestiones teóricas que hay que pulir en el trabajo con la otra disciplina, como puntos de vista, conceptos cristalizados que se toman como verdades; pero creo que es muy importante.
Costa: La opción por un trabajo interdisciplinario, sin dejar de lado la incidencia de las trayectorias personales, forma parte de una concepción epistemológica. Si toda construcción de un objeto de conocimiento tiene relación con puntos de vista y con el lugar desde donde se lo elabora, la articulación de distintas miradas y lugares abre potencialidades diferentes. ¿Si es fundamental? No se pueden ignorar todos los desarrollos y resultados logrados históricamente en investigaciones ubicadas preferentemente en un marco disciplinario. La interdisciplina abre, ciertamente, potencialidades nuevas e importantes. En la academia se la valora cada vez más, aunque no sé hasta dónde se la practica. Considero, por el contrario, que la interdisciplina es necesaria cuando se trata de elaborar una estrategia de intervención en la realidad; la realidad no es disciplinaria, es compleja.
¿Cómo articulan el trabajo en el equipo?
Costa: En el marco del proyecto, con Teresa trabajamos siempre el mismo corpus. Por su parte, cada integrante del equipo elige uno propio que no siempre tiene que ver directamente con su disciplina de origen, sino más bien con intereses actuales. Nos parece muy bueno trabajar con corpus de formaciones discursivas diferentes porque permite, por una parte, contrastar, poner a prueba y revisar el marco teórico e hipótesis derivadas, y por otra, tomar nota de las especificidades de cada uno de los tipos de corpus; todo esto hace a la riqueza de la discusión y al aprendizaje permanente. Nos reunimos una vez al mes. Cada año acordamos un plan de trabajo que, normalmente, implica la alternancia de la presentación y discusión de los avances de cada uno en su investigación, con la lectura, análisis crítico y comparativo de textos teóricos de diversos autores.
Mozejko: Uno de los desarrollos particularmente importantes cuya necesidad ha surgido justamente del trabajo del equipo, se relaciona con el estudio de discursos de agentes colectivos. Esto constituye un problema y desafío específicos que algunos de los trabajos en curso están abordando y vamos discutiendo en nuestras reuniones.
¿Cómo trabajan cuando se trata de construir un corpus?
Costa: No es una decisión puntual. Definirlo y pulirlo forma normalmente parte del proceso de trabajo. Resulta de una serie de decisiones que en un momento requiere un corte para poder avanzar en el análisis; de todas maneras, hay en el equipo trabajos avanzados en los que hemos visto la necesidad de ciertas redefiniciones al respecto.
Mozejko: Difícilmente haya una definición taxativa ni de inicio ni de llegada. Eso es bastante aleatorio; depende de las posibilidades de acceder a información, del adecuado equilibrio entre profundidad de análisis y extensión del corpus, por ejemplo cuando se trata de fijar, de manera fundada, límites temporales a la producción discursiva que se va a analizar.
El último libro que Uds. publicaron en febrero de este año lleva el título de «Gestión de las prácticas. Opciones discursivas”. ¿Podrían explicitarnos este concepto de gestión de las prácticas discursivas?
Costa: El concepto de gestión, que adquiere cada día más importancia en nuestra propuesta teórica, forma parte de nuestra manera de formular el problema de la relación entre el discurso y lo social. Los abordajes más frecuentes constituyen variantes de dos enfoques opuestos que ponen el acento en la determinación del discurso por lo social o en la autonomía del discurso y autosuficiencia de su análisis, reduciendo la relación con lo social al estudio de la manera cómo lo social es construido en el discurso. Desde el momento en que reformulamos el problema para plantearlo en términos de la relación entre el agente social y su práctica (discursiva en este caso), recuperamos el agente social y su papel activo que los primeros borran, pero al mismo tiempo, recuperamos el hecho de que dicho agente no es un individuo que actúa independientemente de las posibilidades y limitaciones de sus condiciones objetivas. De allí el acento en la producción discursiva como proceso de producción de opciones (gestión de los posibles) que se objetivan en un texto.
Mozejko: En ese marco, el agente social que produce un discurso va construyendo en el texto una imagen de sí, que llamamos enunciador. En la producción y proyección textual de la propia imagen buscamos identificar qué selecciones, entre los posibles discursivos a su alcance, elabora el agente social, y qué relaciones guardan con la generación de la propia capacidad de influencia en los enunciatarios (nivel textual) y en los destinatarios (agentes sociales en recepción). El foco está puesto en el análisis, a partir del enunciado, del “uso” (gestión) que hace el agente social de los recursos discursivos con que cuenta. El proceso de producción del discurso constituye, entonces, una práctica a través de la cual el agente social gestiona sus recursos (decimos que “gestiona su competencia”) y muestra la cara que, al menos, no lo perjudica. Hay aquí un punto muy importante que nos ha costado bastante captar, y nos sigue costando aún mostrar adecuadamente al redactar un texto. Distinguimos el sujeto (agente) social del sujeto de la enunciación, entendiendo que toda decisión que se traduce en el texto es producto del primero, siendo el sujeto de la enunciación un simulacro textual que construye el primero como medio de autopresentación.
¿Cuáles son, a su entender, los aportes que hace el proyecto a la comunidad?
Mozejko: Creo que, en lo inmediato, apunta sobre todo al ámbito de los especialistas.
Costa: La producción de conocimiento es, de por sí, uno de los aportes específicos centrales de la universidad a la comunidad. En nuestro caso, dicho aporte se canaliza principalmente por dos caminos: publicaciones y formación. Desde que estamos trabajando en el programa, hemos publicado cuatro libros, dos de ellos de los directores, y los otros dos con trabajos de los integrantes del equipo. Independientemente de ello, cada uno realiza publicaciones de artículos y presentaciones en congresos. En cuanto a la formación, los mecanismos y actividades son diversos. En primer lugar, debemos mencionar la formación de recursos humanos en el equipo mismo, en el que cada uno trabaja en función de un posgrado o posdoctorado. En segundo lugar, las conferencias, los cursos de grado y posgrado que dictamos los directores y miembros del equipo se nutren de los aprendizajes realizados en el marco del programa. Ahora bien, ¿qué otro impacto social puede tener la puesta en evidencia de la relación entre las características de los discursos y el lugar (y los intereses específicos relacionados con el mismo) desde donde son producidos? ¿Qué puede significar el hecho de mostrar que las prácticas no son tan simple ni uniformemente resultado de principios y convicciones sino, en muchos casos, de la mirada que surge del lugar donde está ubicado el agente social? Seguramente puede variar bastante, ya que pone en evidencia mecanismos de ejercicio del poder mediante los discursos. Algo distinto es si nos preguntamos por el grado de conocimiento público que puede alcanzar el resultado de la investigación más allá del ámbito de los especialistas. Creo que esto no depende del rigor científico del trabajo sino, más bien, de lo “interesante” que le resulte el tema tratado a los comunicadores.