InvestigacionesNoticias

Córdoba en el centenario

¿Qué veían los habitantes de Córdoba en 1910 cuando caminaban por sus calles? ¿Qué edificios elegían los fotógrafos de ese entonces para hacer sus tomas? ¿Qué querían mostrar con estas imágenes? Esos y otros interrogantes son los que quiere responder la investigadora Cristina Boixadós en su nuevo libro “Ciudad Visible, Córdoba en 1910”.

tapa
Tapa del libro «Ciudad visible. Córdoba en 1910».

La imagen de la portada muestra a una plaza San Martín mucho más ancha que la conocida hoy y a un general San Martín sin su pedestal de piedra. Y nada de altos edificios. Por ningún lado. Sólo se destacan la torre de la Legislatura y algún campanario al fondo.

Esa es la fotografía, tomada alrededor de 1910, que eligió Cristina Boixadós para ilustrar su libro objeto “Ciudad Visible, Córdoba en 1910”. “Hice un recorte eligiendo las fotos más próximas a ese año y pensando en qué se veía en la Córdoba del ‘10, que veía el caminante o el fotógrafo con su cámara, pero no quise mostrar la mirada estereotipada en postales, que se editaban en Buenos Aires o Milán, que mostraban a una Córdoba tradicional, conservadora, en contra de la ciudad porteña que se está destruyendo. O sea, la Córdoba de las cúpulas, las iglesias y los barrancos, estereotipada desde Buenos Aires”, explica Boixadós. “Lo que quería recoger era la mirada del fotógrafo que no es cordobés, que está radicado acá desde hace tiempo, pero que no es originario”, agrega.

Este libro objeto contó con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes, por medio de la beca  para artistas y escritores del interior, otorgada a la autora. Consta de 32 imágenes que muestran a la ciudad modernizada, extendida, civilizada, residencial y comercial, tal como se veía en ese momento.

POSTALES institucional.qxp
Casa de Gobierno. Fotogr. desconocido. Ca. 1910. Tarjeta Postal.

“Es la ciudad extendida, aquella que había podido sortear los cauces de agua a través de puentes y se comunicaba por medio del ferrocarril. La ciudad civilizada, con mercados más reglamentados, con plazas conmemorativas y una sociabilidad que transcurría en parques durante el día y en teatros en la noche. La ciudad del poder político y religioso, de la educación, de las ciencias y de la razón. La ciudad de nuevas tipologías arquitectónicas que reemplazaban las anchas y bajas paredes de adobe de escasas aberturas, que se revestían de publicidades invitando al público consumidor”, señala en la introducción del libro.

La ciudad en 1910
Hacia 1870, la vida en la ciudad de Córdoba se desenvolvía entre los límites que las barreras naturales, como las barrancas y cauces de agua, habían impuesto a su desarrollo y constaba de 100 manzanas aproximadamente.

Boixadós explica que entre 1885 y 1890, se iniciaron dos intervenciones urbanísticas, que cambiaron la fisonomía del paisaje y la ocupación del suelo. Por un lado, la desestructuración legal y territorial de los terrenos que, desde el siglo XVII, estaban a nombre de la comunidad indígena de La Toma. La otra intervención, estuvo encarada por el Ministro de Gobierno, Ramón J. Cárcano, que presentó como proyecto una necesidad perentoria de higiene y modernización al aplanar las barrancas, terraplenar y amanzanar los “Altos del Sud”, parte de lo que hoy es Nueva Córdoba.

Para 1910, la ciudad ya se veía modernizada. En los festejos del centenario, se pensaron varios monumentos, uno es el de San Martín, y se renovó el puente Juárez Celman, hoy llamado Centenario. También, en diciembre de ese año, se inauguró la casa del gobernador Félix Garzón (actualmente, Museo Genaro Pérez) y llegó con su comitiva el presidente Roque Sáenz Peña, quien se alojó allí.

postal3
Almacén Italiano, de Luis Carrara en calles Chacabuco y 27 de Abril. Fotog. Santiago Troisi. Ca. 1905.

En el libro, puede verse que muchos de estos edificios aún se mantienen en pie. En forma de postales (algunas originalmente lo fueron y otras fotos se transformaron en ellas) se destacan los nuevos puentes, las estaciones de trenes, los mercados Norte y Sud, las plazas General Paz y Vélez Sárzfield, el Teatro Rivera Indarte (hoy Del Libertador), el Parque Sarmiento, la Casa de Gobierno, la Legislatura, la Escuela Alberdi, la Universidad Nacional de Córdoba, la Facultad de Ciencias Exactas y la Academia Nacional de Ciencias, el Palacio Episcopal de Córdoba y muchas residencias y negocios, como la casa de los Galíndez, la de Marcos N. Juárez, la de Martín Ferreyra y el Almacén Italiano.

En la contratapa, se destaca la ciudad en los bordes, una vista panorámica de la Docta tomada desde las barrancas ubicadas en lo que hoy sería Nueva Córdoba, allí se ven los ranchos que había ahí y sobresalen las cúpulas de las iglesias. Esta fotografía fue incluida originalmente en el Álbum “Panorama Argentino del Centenario 1910”, editado por la Sociedad Fotográfica de Buenos Aires.

Estas fotografías se convierten así en huellas, impregnadas de subjetividades, que responden a una visualidad, a modos colectivos de mirar e interpretar, a respuestas tecnológicas que posibilitan retratar y resaltar algunos instantes de un tiempo y espacio”, dice Boixadós. “Es la visibilidad construida por un acto intencional del fotógrafo que nos muestra algunos aspectos, lugares y costumbres de una sociedad que se pretendía amoldar a la modernidad con los desajustes propios de los países periféricos”.

La fotografía en Córdoba
En otro libro presentado hace poco tiempo, “Córdoba fotografiada entre 1870 y 1930: imágenes urbanas”, editado por la Editorial de la UNC, Boixadós recupera la historia de los primeros fotógrafos que se desempeñaron en la ciudad. Algunos de ellos fueron Clemente Correge y José Paganelli, entre 1869 y 1895; Jorge Pilcher, entre 1872 y 1891 y Jonas Castro, que trabajó entre 1880 y 1912.

postal2
Chalet Crisol. Fotogr. desconocido. Ca. 1910. Col. Fondo Americanistas. Fac. de Filosofía y Humanidades. Univ. Nacional de Córdoba.

La historiadora sostiene que para 1900, “el uso de la fotografía había dejado de ser un arte exclusivo de una elite y eran cerca de diez los estudios fotográficos que competían en la capital cordobesa, ofreciendo los mejores retratos y vistas a un público consumidor ávido de inmortalizarse y coleccionar fragmentos del mundo cada vez más ancho y menos ajeno”.

Alrededor de 1910, algunos profesionales que se destacan y tienen sus negocios son Félix Tey, Francisco Nix, Jacobo Tuysuz, Antonio Ramón Casas, Santiago Troisi y Martín Henin. Muchas fotografías de estos autores que aparecen en el libro, se encuentran en colecciones privadas y otras en el Fondo de Estudios Americanistas de la Biblioteca de la FFyH.

Perfil
María Cristina Boixadós, doctora en Historia de la Universidad Nacional de Córdoba, docente de la carrera de Cine y TV de la Escuela de Artes e investigadora del Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades y del Centro de Conservación y Documentación Audiovisual.  En el Ciffyh dirige actualmente el proyecto “Formas visuales de representación de la ciudad de Córdoba, 1870 -1955”. En 2009, fue beneficiada con una beca para artistas y escritores del interior del país, en la especialidad Medios Audiovisuales – Fotografía, del Fondo Nacional de las Artes.

Share