Investigaciones

Hay fiesta en la Villa

Jimena Garrido en la autopista hacia Carlos Paz: "No me interesa la performance artística en sí, sino que atiendo las acciones que se producen en relación a las obras, los mundos del arte que se tejen alrededor de ellas"

Jimena Garrido es becaria del Conicet y analiza los espectáculos teatrales que se presentan en Villa Carlos Paz durante el verano. Sostiene que, si bien existen continuidades y cruces con otras, estas performances tienen algunas particularidades que las diferencian y las convierten en un “mundo único”.

 “Es el teatro más concurrido y es interesante analizar que está pasando ahí, y pensarlo en relación a la industrial cultural, los consumos de arte masivos o populares, desde una perspectiva que antes que juzgar, describa procesos y entienda cualquier experiencia estética de manera realizativa y discontinua en el sentido que hace cosas y que, eso que sucede ahí, no depende unidireccionalmente de las voluntades empresarias, artistas o estatales. Siempre es un poquito más complejo, amorfo e incierto, aunque obviamente se tejen, ejercen y resisten relaciones de poder”, arranca Jimena Garrido.

Este trabajo lo realiza en el marco de su proyecto “Hay fiesta en la Villa. Un análisis de las performances teatrales en las noches de verano en Villa Carlos Paz”, dirigido por Gustavo Blázquez, con quien trabaja en el equipo de investigación en Performance del Ciffyh, que él coordina junto a Gabriela Lugones. Se trata de una investigación sobre los usos espaciales y la materialización de cuerpos en torno a las obras que se presentan en esa ciudad durante la época estival.

Jimena indaga en la problemática del género teatral para observar cómo se posicionan los sujetos en los sistemas clasificatorios y cómo los modifican. “Sostengo que el teatro en Carlos Paz debe considerarse como un teatro que, si bien comparte algunas características en su producción y consumo con teatros de otros sitios o estaciones, tiene algo ‘especial’ que lo distingue, sin olvidar que estas performances contienen inagotables particularidades que terminarían por llevarnos a ver cada obra como un mundo único”, dice.

Garrido es profesora en Historia y artista escénica. En estos momentos está cursando el Doctorado en Antropología de la FFyH, pero fue su formación en teatro la que la llevó a ocuparse de temas relacionados con este arte: “La elección también tiene que ver con mi gusto y mi práctica. El conocimiento siempre es situado y el corazón tiene sus razones, al decir de Stuart Hall”, afirma.

En los comienzos de su trabajo, Jimena se detuvo en las obras “Bravísima”, que llevaba como figura principal a Carmen Barbieri y “El Gran Show”, que encabezaban Juan Alberto Mateyko yLa Mole Moli, que se presentó en el Teatro Coral durante el verano de 2011.  “Estoy en un estado inicial de observación. Empecé este año y estoy preparando el terreno para cuando llegue el próximo verano, pero ya hice algunas observaciones parciales para ayudar mi ingreso en el campo”, cuenta y agrega: “No me interesa la performance artística en sí, sino que atiendo las acciones que se producen en relación a las obras, los mundos del arte que se tejen alrededor de ellas y su relación con la construcción de la fiesta, el descanso, la noche, la mujer y el verano”.

Parte del vestuario de Bravísima. Foto: Jimena Garrido.

En ese sentido, el recorte sobre Carlos Paz se hace porque es un área de vacancia y no hay otros trabajos que se realicen sobre ese teatro desde una perspectiva antropológica. “Ha sido un teatro bastante relegado quizás porque desde la academia muchas veces se ha subvalorado esa producción, por estar asociada a lo comercial y al entretenimiento”, señala Garrido, quien estuvo presente durante los tres días de junio de este año que se presentó la obra de Barbieri en “la Villa”, después de su temporada en Mar del Plata. Allí fue invitada por el dueño del teatro y pudo observar el espectáculo desde diferentes lugares: las butacas de los espectadores, los espacios técnicos y atrás del escenario, en “bambalinas”, como se dice en la jerga teatral, donde muchos la confundían con una asistente, como Matías Alé, quien le daba la crema antes de salir a escena. “A partir de esas observaciones empiezo a analizar si podemos hablar de un teatro especial que sucedería únicamente en la noche de Carlos Paz”.

“Cuando empieza la obra, con la música, las luces, las plumas y el baile, todo está preparado para un sobresalto de alegría cuasi-tropical, más allá de que nos podamos aburrir existen guiones de la alegría que buscamos volverlos eficaces ¿Quién no quiere divertirse? ¿Quién no quiere ser una estrella y brillar, o al menos estar cerca de una? Ahora tengo que intentar comprender los modos de divertirse y brillar que se configuran en estas performances, con sus hermosuras y devastaciones o sus bellezas rotas”, señala la becaria.

“Al analizar las obras empecé a preguntarme sobre diferentes parámetros para mirar y poder describir lo que ahí sucede, por ejemplo en los códigos dramatúrgicos, en los usos del espacio escénico, en el diálogo que se establece entre los artistas y el público, que son usados en la teoría teatral para pensar cualquier obra. Al mismo tiempo intento ampliar mi mirada más allá de la obra en sí, y ver los escenarios, dramaturgias y actuaciones de manera extensiva, en trayectos ampliados”, explica Garrido acerca de esta experiencia.

Visite Carlos Paz

Por Jimena Garrido

Carlos Paz fue una ciudad muy importante para mí. En mi infancia, mis abuelos maternos tenían una casa e íbamos todos fines de semana en los ochentas, que era muy distinto. Nadábamos en el lago y en el río Los Chorrillos. Tengo muchas alegrías y tristezas en esa ciudad. En la adolescencia iba a la casa de una amiga al frente del lago que se inundaba, a los boliches no fui mucho pero también los conozco, todo eso me va ligando a la historia y a la geografía de la ciudad y ahora me encuentro tratando de reconstruir esa alegría del descanso, que se opone y se trenza al mundo del trabajo y me pregunto ¿qué pasa en Carlos Paz?

Creo que hay algo especial que sucede en las vacaciones y en el verano. El mundo de las vacaciones y el mundo del trabajo se superponen. Sin embargo, me interesa pensar a qué nos invita el verano. Hay una construcción con respecto al descanso en la playa, al sol, de la que muchos disfrutamos. Lo sorprendente quizás es esto de que tejemos playas de oro en torno a aguas que muchas veces se encuentran en estado turbio. Es una “mágica-social” que nos reúne de determinadas maneras. Quiero comprender cómo se construye esa fiesta en relación a Carlos Paz y especialmente al teatro, que es lo que me interesa.

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