Investigaciones

Las convenciones teatrales de Córdoba

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Alegret: "Esto nos permitiría esbozar una visión general del teatro cordobés de comienzo de siglo"

¿Cómo se hace teatro y para qué? ¿Qué condiciona el hecho teatral? Estas son algunas de las inquietudes que llevaron al becario Mauro Alegret a investigar para su tesis de doctorado sobre las normas que establecen la producción y participación de esta práctica artística en Córdoba durante la década del 2000.

En el teatro existen determinadas formas de actuación, composición y participación que constituyen y delimitan esta práctica. De esta manera, en todo momento histórico hubo convenciones teatrales que permitieron establecer normas y condiciones en los modos de producción y participación de las obras.

En la práctica, muchas de esas convenciones fueron heredadas a lo largo del tiempo, como por ejemplo: la división espacial de los recintos, el “silencio” de los espectadores o los modismos de los actores sobre el escenario (un claro ejemplo, inclinar el cuerpo al finalizar la obra para recibir el aplauso del público), entre otras.

Durante el siglo XX, Córdoba fue un polo teatral importantísimo, con una gran actividad en los años ’60 y ’70, reconocida en toda Latinoamérica. Con el golpe de Estado de 1976 llegó la represión y censura a casi todas las salas y espacios. Luego, con el retorno de la democracia y sobre todo a fines de la década del ’90, emergieron nuevamente las instituciones de formación, muchos grupos independientes y teatristas con nuevas propuestas, desafíos y experiencias.

Mauro Alegret, actor y egresado del Departamento de Teatro de la Escuela de Artes de la FFyH, es becario de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la UNC y trabaja sobre las condiciones de producción, circulación y consumo de teatro en los comienzos del siglo XXI, a través del proyecto de tesis doctoral radicado en el Ciffyh “Transformación, consagración y reproducción de la convención  teatral en el campo artístico cordobés en la década del 2000”, dirigido por Liliana Vanella y cuyo co-director es el reconocido crítico e historiador Jorge Dubatti.

“Las convenciones teatrales siempre existieron y son las que posibilitan que los productores, actores y espectadores se entiendan y comuniquen posibilitando la práctica teatral. Pero lo que me interesa en el proyecto es considerar el cambio de concepción respecto al modo de producción, la composición estética y la participación del hecho teatral que sucede con el advenimiento de la modernidad”, explica Alegret.

Este trabajo es para finalizar su Doctorado en Estudios Sociales de América Latina, que se dicta en el Centro de Estudios Avanzados de la UNC y Alegret eligió como lugar de radicación del proyecto al Ciffyh, ya que su directora es investigadora de esta institución. “Cuando cursé la carrera de Teatro hubo ciertas preguntas que no pude responderme. Entonces empiezo a investigar ¿por qué se hace teatro?, ¿para qué sirve? Estas preguntas son de índole social y me pongo a estudiar sociología y filosofía para tratar de responderlas”, cuenta el becario que trata de tener una “mirada sociológica” sobre el teatro. “Estoy con un pie en un lado y con un pie en el otro. Esto me pone muchos obstáculos, pero a la vez puedo observar muchas cosas que si lo trabajara desde una sola disciplina no vería. De ahí viene la elección de mis directores. Vanella entiende del campo teatral cordobés y todo lo que tiene que ver con la metodología, y maneja los mismos teóricos que yo en la parte de sociología. Dubatti, por su parte, lo que hace es orientarme en la teatrología”.

Las características de las convenciones teatrales

“La idea del proyecto –señala Alegret- es hacer una reconstrucción del campo teatral en la década que va del 2000 al 2010. Es una decisión arbitraria temporal operativa. Lo que hice es elaborar un criterio que me permita elegir algunos casos específicos. Uno de los problemas generales es el de la identidad; considero necesaria una representación de lo que es el campo teatral y cuáles son las prácticas teatrales que se desarrollan en Córdoba”.

Todos los miembros del grupo Cirulaxia.

Para lograr su objetivo, Alegret recurrirá a los diferentes hacedores que hay en el ambiente teatral independiente de la ciudad, para identificar las poéticas emergentes y hacer hincapié en el modo de consagración y reproducción de las convenciones que operan dentro del campo, en la década del 2000, como son Gonzalo Marull, Cipriano Argüello Pitt, los grupos Cirulaxia o Medias noches payasas, teatristas de Casa Grote o el Cineclub Municipal Hugo del Carril, entre otros. Cada proceso analizado es una micropoética, que comparada con otras micropoéticas posibilitarán el conjunto de obras, que conformarán la macropoética de cada hacedor. Luego “esas poéticas posibilitarán una conceptualización del teatro y su relación con lo social de una determinada manera. Yo no comparo sentidos, en el uso idealista del término, sino que mi mirada es sociológica, y atiendo las convenciones teatrales que entran en juego para crear la obra; éstas van desde las que ya están vigentes en el campo, pasando por las que comienzan a funcionar el primer día de ensayo del grupo, hasta que las que intervienen cuando la obra circula en las distintas instancias de presentación”, indica.

Globo, obra que se presentó en Casa Grote, uno de los espacios que dio lugar a las nuevas poéticas teatrales.

Hay dos dimensiones para las convenciones teatrales: producción y participación. Las de producción son aquellas que permiten la creación del producto teatral. Las segundas son las que permiten al actor y al espectador participar del encuentro. Se refiere a los comportamientos que suceden durante el encuentro en un determinado lugar y durante un determinado lapso de tiempo. Por ejemplo, aplaudir al actor cuando saluda al final de la obra, no comer durante la actuación, abrir el telón para dar comienzo, actuar solamente en el escenario o pagar una entrada. La convención de participación se refiere, entonces, al conjunto de convenciones que permiten al espectador presenciar y percibir el juego del actor en el momento mismo de la actuación. Estas dos instancias de la práctica teatral permiten saber cómo se hace teatro. “Las convenciones son pactos tácitos o cosas que suceden pero uno no está continuamente explicándolas”, agrega el actor y becario.

Así que para el proyecto, Alegret se sentará con el hacedor para que le cuente su dinámica de producción y cómo es la participación por parte del público, pero no indagará en la construcción de sentido que hace el autor. “El teatro independiente cuando nace rompe con algunas convenciones del teatro burgués heredadas a lo largo de los años. Lo mismo sucede con las poéticas emergentes dentro del teatro

«Después de la lluvia», obra presentada en Documenta/Escénicas.

independiente; sin embargo hay ciertas convenciones que se mantienen, y hay otras distintas. Lo mismo pasa con la producción, por ejemplo, hace 20 años no se hacían castings y hoy es algo que se puede llegar a escuchar en el mismo teatro independiente”, explica.

Finalmente, Alegret investigará sobre las características específicas de la convención teatral en Córdoba, cómo se relaciona con los valores vigentes de la sociedad en donde se practica y explorará los procesos a través de los cuales cobran vigencia. También verá que convenciones surgen en oposición y cómo se plantean convenciones alternativas. “En la práctica teatral cordobesa cada poética tiene convenciones teatrales de los dos niveles. Algunas conservan modos, pero al mismo tiempo otras que proponen diferencias. Esto genera heterogeneidad en las prácticas, pero que a la vez comparten ciertas cosas. Hay que organizar al campo teatral con una lógica de diferencias, con lo cual podremos empezar a hablar de una identidad de trabajo, lo que nos permitiría esbozar una visión general del teatro cordobés de comienzo de siglo”, concluye.

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