Investigaciones

La universidad pública reflejada en los medios

Esta “construcción” compleja es analizada por el investigador Daniel Saur, con el objeto de describir las formas de presencia de la universidad pública en el discurso mediático argentino

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Saur: "La imagen de la universidad como institución pública se juega a partir de lo que los medios dicen de ella". Fotografía: Revista Hoy la Universidad.

“Siempre me interesó el impacto de los medios masivos y la forma en que construyen la realidad; y como hace muchos años que soy docente e investigador universitario, fui interesándome por cómo los medios tratan las temáticas universitarias. Fue una forma de integrar dos dimensiones que me interpelaban con fuerza desde lo personal”, dice Daniel Saur, comunicador social, semiólogo, Doctor en Educación e investigador de planta del Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades (CIFFyH) de la UNC, autor del proyecto “La educación superior en el discurso mediático: productividades y aportes sociales de la universidad nacional presentes en el espacio público”.

A través de una indagación sostenida desde el año 2002 en los diarios nacionales y locales Saur analiza los enunciados de la prensa gráfica vinculados a los roles, funciones y el “deber ser” de la universidad nacional, además de lo que atañe a su productividad y aportes sociales.

Este proyecto tiene por antecedentes dos investigaciones. En primer lugar, la tesis doctoral de Saur titulada “Representaciones mediáticas de la universidad pública en el contexto de un país en crisis. Un análisis en la prensa gráfica argentina (2001-2002)”, finalizada en 2006 y financiada por la Secretaría de Relaciones Exteriores de México y, en segundo lugar, una investigación posdoctoral financiada por la SECyT de la UNC, titulada “La construcción de la universidad pública en la discursividad mediática, en el contexto del debate de la Ley de Educación Superior (prensa gráfica – año 2007)”.

“Lo que trato de hacer es ver la forma en que está construida la universidad nacional en el espacio público, a partir del discurso de los medios, ya que lo que sostienen tiene una enorme relevancia en la construcción de la opinión pública”, explica. Así, el propósito principal del proyecto radicado en el Ciffyh es analizar las representaciones más difundidas en la sociocultura argentina en relación a la universidad nacional. Para llevar a cabo este trabajo, los medios fueron un foro privilegiado a indagar, al configurar lógicas decisivas para el entendimiento de esta institución y su funcionamiento a nivel del imaginario social. “Estoy convencido de que la imagen de la universidad como institución pública se juega, en gran medida, a partir de lo que los medios dicen de ella. En ese sentido, la universidad tiene un espacio particularmente significativo en la prensa”, señala.

– ¿Por qué crees que los medios gráficos son tan importantes para reflejar la imagen de la universidad nacional?

– Hay dos grandes cuestiones. En primer lugar, la prensa sigue siendo el principal medio formador de agenda. Los medios gráficos definen los temas diarios a tratar de manera dominante y retroalimentan con fuerza la red informativa intramediática. En segundo lugar, los periódicos son el dispositivo más importante de difusión de lo que podríamos llamar la dimensión simbólica del discurso, vinculada al lenguaje oral y escrito y, por lo tanto, vinculados a los procesos de razonamiento. En el debate argumentativo, el medio grafico todavía tiene un lugar protagónico en relación al resto.

– ¿Y qué lugar ocupa la universidad en la lógica mediática?

– Es una de las preocupaciones centrales en la agenda de los medios, porque es una preocupación central para la sociedad. En el campo educativo “lo universitario” es uno de esos grandes temas que aparece de manera intermitente pero constante en los medios. De la universidad siempre se está hablando.

La construcción de “lo universitario”

“Lo universitario aparece de distintas maneras todo el tiempo”, afirma Saur, quien encontró piezas periodísticas en todos los géneros que, directa o indirectamente, aludían a la universidad pública y de la manera más heterogénea. “Podés encontrar desde piezas que hablan del cambio de una autoridad o la apertura de una nueva carrera, hasta las policiales, vinculadas al violador serial que merodeaba Ciudad Universitaria. Todas estas piezas, aunque de modo distinto, juegan su papel en la construcción de lo universitario en el espacio mediático, y por lo tanto en el espacio público”, ejemplifica el investigador.

– ¿Cómo opera esta enorme dispersión y heterogeneidad en la construcción de esa imagen?

– Es tanta, tan heterogénea y disímil la información que aparece en los medios y el tratamiento de la misma, que muchas veces se pueden afirmar las cosas más contradictorias en torno al funcionamiento de los medios, pero esto no quiere decir que no haya lógicas dominantes en la construcción informativa, que además se potencian por ciertos efectos de simplificación imaginaria que se producen a nivel de la recepción. Esto se puede ver a menudo cuando se habla “la universidad” en singular, cuando existen más de 100 instituciones muy disímiles y diversas en todo el sistema universitario.

– ¿Cómo aparece, entonces, la universidad pública?

– Básicamente, y de manera muy esquemática podríamos decir que emerge de dos modos dominantes. Por un lado, vinculada a la crítica, a los problemas que padece, a conflictos de diverso tipo. Es decir, aparece negativizada. Los medios tienen una relación connatural con el conflicto, de manera que todo lo que sea problemático, polémico y con cierto impacto público, es probable que tenga un lugar en el discurso mediático. Encontramos ahí una primera modalidad de organización que enlaza de una manera estrecha “universidad y conflicto”. Esto abarca cosas muy heterogéneas, desde un paro docente hasta el robo a un académico a la salida de su Facultad, o la caída del techo de un aula, lo que pone a la institución en un lugar contaminado de negatividad.

El segundo registro y que se presenta como contradictorio al anterior, es que la universidad siempre aparece altamente legitimada. ¿Cómo se entiende esto? Hay una construcción, aunque fragmentada, que permite configurar una narrativa de la universidad que todo el tiempo la está poniendo en valor, que realza la importancia y trascendencia que ha tenido y tiene para esta sociedad. También hay una historia a la cual se hace referencia, a veces de manera muy sutil, que habla de una institución que fue central en la conformación de este país; que formó a los profesionales y a los recursos técnicos y humanos más calificados; que generó conocimiento necesario para el desarrollo de las fuerzas productivas y que realiza un enorme aporte al crecimiento de la cultura. Se trama una historia de país donde la universidad siempre estuvo presente en los momentos claves. Entonces se ve una universidad pública necesaria e indispensable, a una institución central para la nación conviviendo simultáneamente con una universidad que está todo el tiempo con problemas y en conflicto.

– ¿Cómo pueden convivir estas dos dimensiones aparentemente contradictorias?

– Yo diría que esta suerte de contradicción es lo distintivo de la forma en que está configurado la universidad pública en los medios. Como efecto general los medios instalan a la institución justo en la disyunción entre los problemas universitarios y la necesidad institucional. Es muy difícil encontrar una pieza periodística que analice algún aspecto de la institución con cierto detenimiento y que no esté movilizando en simultáneo las dos dimensiones: todo lo que se hace mal, todos los problemas que presenta y, a la vez, todo lo que aporta y todo lo necesaria que es. Es tan extraño encontrar un artículo exclusivamente crítico, como hallar otro que sea exclusivamente celebratorio y que hable solamente de las bondades institucionales sin aludir a todo lo que hay que resolver. Pero insisto, esto sólo se puede percibir como efecto general de sentido.

– Entonces, no aparecen operaciones mediáticas que digan que la universidad pública sea innecesaria, como pasó con otros sectores…

– Están diciendo que es una institución imprescindible pero llena de problemas. Lo educativo es muy caro para esta sociedad, cuando se afecta lo educativo los mecanismos de resistencia social son muy altos, cuestionar lo educativo es cuestionar los fundamentos de base de la sociedad. Lo educativo goza de una alta legitimidad y aceptabilidad y los medios, a la vez que critican y señalan lo que suponen está mal, se inscriben y ayudan a soportar esta axiología positiva legitimando a la institución. Esta operación se puede contrastar con la crítica que recibieron otras instituciones del Estado como pueden ser los ferrocarriles que a principio de los 90 simultáneamente se los criticaba y deslegitimaba. A grandes rasgos podríamos afirmar que en los medios la universidad es problemática y necesaria, mientras los ferrocarriles fueron configurados como problemáticos e inútiles, por lo que el cierre de ramales no tuvo mayor resistencia social. Claro que lo sucedido con la universidad y el sistema ferroviario no dependen solo de lo que sostienen los medios aunque, como dijimos, estos son un factor imprescindible para incluir en el análisis.

– ¿En estos enunciados cómo aparecen los académicos?

– Para esta discursividad es importante la opinión del académico y, por lo tanto, tiene un lugar importante en los medios. Los medios abren ventanas donde emerge la palabra del especialista. A su vez, la universidad habla sobre una multiplicidad de cuestiones de relevancia a través de sus voceros, que son los especialistas, produciendo una circularidad, reforzamiento y legitimación recíproca entre intelectual e institución. A pesar de todas las críticas y cuestionamientos que se le hace a lo universitario, aparece como una institución con un doble rasgo, es del Estado pero goza de una legitimidad suficiente para aparecer desmarcada de intereses sectoriales y de los gobiernos, en gran medida resultado de la autonomía que juega un papel fundamental. En una época marcada por altos niveles de desvalorización y cuestionamiento del Estado y una gran conflictividad social, la universidad se constituye en una suerte de reaseguro de valor donde acudir en última instancia cuando distintas partes en conflicto no pueden ponerse de acuerdo. Sigue siendo un reservorio al cual acudir para dirimir y arbitrar ante conflictos sociales de distinto tipo. De igual modo se acude a ella, a través de sus especialistas, para arrojar “luz” sobre múltiples problemas sociales que atañen a lo urbano, lo ecológico, la salud, etc. Se podrían citar numerosos ejemplos de ambos registros.

– ¿Qué pasa con la universidad privada?

– Aparece prácticamente sin conflictos, con una presencia mucho mayor a la que le correspondería, en términos del lugar que ocupa en el sistema universitario nacional. Eso lo he constatado claramente. Se habla mucho más de la universidad privada, proporcionalmente, de lo que se habla de la pública, considerando la matrícula que tiene y su impacto en términos de producción de conocimientos. Y casi siempre está valorizada. Esta también es una forma de producir un contraste entre lo privado y lo público que corroe a lo público, y que de manera compleja presenta a lo privado como una suerte de modelo del “hacer bien las cosas”.

Si la universidad pública aparece a menudo vinculada a los conflictos, a los problemas edilicios, de infraestructura, a la burocracia; la universidad privada aparece vinculada a los grandes logros de las universidades del primer mundo. Se consulta mucho más a los académicos de las universidades privadas que a los de las públicas en términos proporcionales, a pesar de la diferencia entre unas y otras. O sea, en general goza de la mirada positiva que goza el mercado en su conjunto, mientras que la universidad pública goza de la crítica y el cuestionamiento que padecen las instituciones del Estado. Con esta operación, entre otros aspectos que habría que considerar, los medios pretenden legitimarse ante la sociedad instituyéndose en una suerte de reaseguro del control de gestión de lo público.

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