“A la filosofía se la intentó matar de muchas maneras a lo largo de la historia”
¿Qué es? | Lo dice Víctor Rodríguez, docente e investigador de la Facultad de Filosofía y Humanidades, quien recibió el premio Konex de Platino por su destacada labor en el área de Lógica y Filosofía de la Ciencia, en 2006. Aquí, explica qué hace un epistemólogo y por qué es necesaria la enseñanza de la filosofía en la educación superior.
De formación autodidacta, Víctor Rodríguez es el profesor titular de la cátedra Epistemología de las Ciencias Naturales en la Escuela de Filosofía de la FFyH. En el Centro de Investigaciones, es director del proyecto “Filosofía de las prácticas científicas: heurísticas, simulación y experimentación” y co-dirige otro sobre “Las prácticas experimentales: metodología y epistemología en la vida de los laboratorios”
Durante la década del 70, trabajó como técnico principal del CONICET en la biblioteca del Observatorio Astronómico, donde estuvo encargado de historia de la astronomía y filosofía de las ciencias. También se desempeñó también como profesor adjunto en el Centro de Investigaciones de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (UNC) para realizar tareas de asesoramiento y formación en teoría de la ciencia.
Hace más de 20 años, Nicholas Rescher, director del Centro de Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Pittsburg, en Estados Unidos, lo invitó para participar como investigador independiente de posdoctorado en ese centro. Esa experiencia le permitió validar su “título de idóneo” en la UNC, incorporándose como docente en la Escuela de Filosofía de la FFyH.
No obstante, él no se considera un “referente” de la epistemología, aunque en 1990 haya sido el coordinador general responsable de las primeras Jornadas de Epistemología e Historia de la Ciencia, que se realizan desde entonces cada año con invitados de casi toda América del Sur y en 2006 haya recibido el premio Konex por su destacada labor en el área de Lógica y Filosofía de la Ciencia.
– Supongamos que tomás un taxi en el centro y se produce el siguiente diálogo:
- Rodríguez: A Ciudad Universitaria, por favor.
- Taxista: Bueno. ¿Usted trabaja en la Universidad?
- Rodríguez: Sí.
- Taxista: Y… ¿a qué se dedica?
- Rodríguez: Soy epistemólogo…
- Taxista: Ajá… ¿y eso?
¿Cómo le explicarías qué hace un epistemólogo?
– Lo primero que haría es sacarle la palabra esa. No la usaría. Lo que trataría de hacer es, más que colocarme un rótulo, comentarle en qué trabajo. No soy partidario de los rótulos, de ningún tipo. Pero sí de la idoneidad de ciertos oficios. Entonces, lo que trataría de contarle es que, en la cantidad de cosas que se hacen hoy, desde lo tecnológico (como por qué anda el motor de ese auto), hasta cuestiones que son mucho más abstractas, en todos esos campos, desde un extremo al otro hay cuestiones vinculadas con el conocimiento humano y que hay gente que se dedica a tratar de entender qué diablos es conocer. Que hay personas que tratan de entender cómo se generan nuevos conocimientos y otras que tratan de entender cómo se justifican los supuestos nuevos conocimientos en base a lo que ya se conoce, en ideas, esquemas, puntos de vista o enfoques nuevos, que no se habían considerado.
– Bien, entonces me pongo en el lugar del taxista y te pregunto: ¿Lo que ustedes hacen está vinculado con descubrir que es el conocimiento?
La epistemología está muy vinculada a qué es el conocimiento. En nuestro medio, -la filosofía-, eso tiene dos caras: por un lado, aparece en materias que tienen que ver con el conocimiento humano en general, como teoría del conocimiento, o gnoseología, y por otro lado, en países como el nuestro, la epistemología tiene otro significado, asociado al conocimiento científico, que es la filosofía de la ciencia.
Cualquiera de nosotros usa una tecnología que es consecuencia de una suma extraordinariamente compleja de conocimientos, y la mayoría de ellos presenta matices de interés epistemológico. Así que entre la gente que se dedica a la epistemología, hay algunos a los que les interesa la filosofía de la ciencia, a otros el conocimiento en un sentido amplio y, entre las personas que se dedican a cuestiones más cercanas al conocimiento científico, también hay muchas variantes. Hay quienes se interesan por aspectos más teóricos o más abstractos; a otros les interesa qué fundamentos hay para entender cómo funciona una bobina, un transistor o un fenómeno social.
– ¿Y cómo llega alguien a inquietarse por esa disciplina?
A mucha gente le interesan estas cuestiones, pero no lo hacen como una actividad organizada o sistemática ni viven de eso, como nosotros que somos docentes-investigadores universitarios. Mi respuesta pasa por una reflexión que ha sido lentamente procesada durante muchos años. Lo que detecto en los jóvenes es que las inquietudes se canalizan de diversas maneras. En una Facultad como la nuestra, uno detecta inquietudes muy fuertemente ligadas a lo ético, cómo ser útil para la sociedad, mejorar la condición humana o cuestiones afines. Todo eso involucra aspectos del conocimiento, pero el motor fuerte está dirigido a poder aportar algo a la sociedad. Hay otro tipo de gente que tiene más interés por cuestiones estéticas, por eso se vuelca al arte o a variantes de la literatura, y allí puede canalizarlo. Antes notaba, sobre todo en épocas de crisis, que lo antropológico era muy fuerte. Hay una vertiente antropológica que canaliza a muchos estudiantes, que entran a nuestra carrera con este perfil. Después está la gente que tiene una gran curiosidad y que la canaliza a través de una búsqueda de conocimientos específicos.
– Hace unos meses, en un programa televisivo de Andrés Oppenheimer planteaban que había muchas universidades en el mundo que daban de baja ciertas carreras para formar profesionales que sirvan para el mercado laboral y, entre ellas, estaba filosofía. Para contrastar esto ¿por qué creés que sirve estudiar filosofía?
Uno de los riesgos de la manera en que se fue desarrollando la dinámica en las universidades, es la formación de técnicos súper especializados con rótulos de científicos, pero desde el punto de vista de su oficio, existe el peligro de la pérdida de una concepción más integral. Creo que eso ya le tiene que quitar a la filosofía el complejo de inferioridad, si es que en algún lado se tiene, porque no parece ser demasiado saludable perder la posibilidad de integrar las distintas dimensiones culturales. A la filosofía se la ha intentado matar a lo largo de la historia, no sólo en (de) Occidente, de muchas maneras. Sin embargo, los grandes interrogantes filosóficos siguen estando y algunos de ellos se canalizan a través de las instituciones. La oferta filosófica en el mundo hoy es muy variada, no es sólo el pensamiento griego. Es un riesgo alto que debe tomar un grupo o mandatario de turno el pretender excluir una cierta mirada sobre el ser humano, sobre la vida o sobre el cosmos, dándole prioridad a los valores que dicta el mercado.
– ¿Cómo hacen para atraer a los estudiantes de los primeros cursos de la Universidad a investigar sobre estos temas?
A ese problema lo veo instalado en muchos lugares, no solamente en nuestra carrera. Lo he visto en otras. Hay un montón de actividades de gran valor cultural, y no son muchos los estudiantes que se dedican a canalizar este tipo de inquietudes, no como diletantes sino para dedicarle buena parte de la vida a eso. En mi caso personal, más que atraer es mostrar. Y en la interacción con los alumnos se nota que hay gente que vibra con lo que uno hace y otros que no. En la Escuela de Filosofía se han encontrado muchos resultados interesantes. Muchos alumnos han realizado doctorados o maestrías y es un porcentaje no menor el que se ha dedicado a este tipo de cuestiones. El desarrollo de esta actividad, dejándola correr muestra que se van dando las condiciones, y por ahí se empieza a generar una tradición.
Excelente la nota a Víctor Rodríguez. Por su Simplicidad (en mayúscula) para explicar las cosas más complejas…y él puede no considerarse un referente en la Epistemología, no importa, seguiremos aprendiendo de él…pero seguro es un referente en lo humano y uno «vibra» -como me pasó cuando dio una charla en la UTN en San Francisco- tal cual él hace alusión. Un verdadero ejemplo para todos.
FELICITACIONES…
Me parecio muy bueno el artículo. Clarifica el campo de la Epistemología de manera sencilla y clar.
Me gusto el planteo de la tensión entre la formación especialización y la general, los riesgos la pérdida de una formación integral son los títulos superespcializados y el papel de la filosofía que permite integrar distintas dimensiones culturales
Es verdad, el articulo es claro. Quien lo pronuncia inmediatamente genera respeto. Sugiere muchas cosas, sin embargo, algo senti que faltó. La escenificacion del dialogo con el taxista puede ser una buena metafora para explicar esa carencia: en epocas donde el conocimiento aplicado(segun necesidades del mercado) es lo que mas persevera, es facil determinar su funcion social(atrevamonos a suponerlo), pero en el caso de la epistemologia ¿para qué sirve? ¿cuál es su funcion social?¿en qué beneficia al taxista? alguien dirá: «para explicar los mecanismos por los cuales se fija una creencia», otro «para comprender la funcion social del conocimento», «para hallar metodos de validacion de un saber y así diferenciarlo de la doxa», etc. y lo primero que percibimos, al escuhar al taxista, es cuan lejano esta la epistemologia de su mundo y de sus intereses primarios. Sin embargo, cuando uno hace un pequeño paneo por la historia de la filosofia descubre que el pensamiento crítico, el que pone en jaque el saber naturalizado, sus formas de produccion, y las estructuras de dominacion que funcionan por detras (y cuando se aspira a desmunuzar sus fundamentos), se aclara el panorama y uno encuentra mas razones para entender por qué se pretende constantemente desfinanciar éstas disciplinas o eliminarlas, por que no se trata simplemente de que son improductivas. Ahora, quién le explica eso al taxista…
Realmente he disfrutado leer la entrevista realizada a Víctor Rodríguez.
Hoy en este domingo nublado y frío recurrí a su entrevista porque como bien lo dice «a mucha gente le interesan estas cuestiones»
Una sugerencia: sería un aporte muy valioso si se le presenta la oportunidad de analizar los «matices de interés epistemológico» en el área de conocimiento de la Archivología.
Coincido en que «en la interacción con los alumnos se nota que hay gente que vibra con lo que uno hace y otros que no.»