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La música en la América precolombina

Antes que llegaran los españoles, las sociedades andinas revelaban una gran fascinación por la música, los cantos y las danzas. Algunas de ellas habían desarrollado una mano de obra altamente especializada en la construcción de instrumentos musicales y el manejo acústico del espacio natural y arquitectónico.  Mónica Gudemos es la directora del proyecto “Arqueomusicología Americana” y explica cómo eran esas manifestaciones y cuál era su función social.

“Huatiacuri, el pobre, entró solo con su mujer, los dos solitos. / Cruzaron el umbral y bailaron acompañados por el tambor de la zorrina; entonces, en toda la región, la tierra tembló.”

[Manuscrito de Huarochirí; Cap. 5: 73 y 74].

Como en este relato mítico de origen checa, recopilado junto a otros entre finales del siglo XVI y principios del XVII en el conocido Manuscrito de Huarochirí, las fuentes escritas coloniales han dejado constancia de la importante función social que la música tuvo en el Mundo Andino precolombino. Sobre esto, justamente, investiga Mónica Gudemos en el marco del Proyecto del CIFFyH “Arqueomusicología Americana: Los Ordenamientos Sonoros en América Precolombina. Región Andina”.

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Estudios de laboratorio. a, b, c: estudio organológico y acústico de trompetas peruanas de cerámica moche (Perú, 100-500 d. C.); d, e, f, g, h, i, j: estudio organológico y acústico de una flauta antropomorfa multifónica de tradición chorrera-bahía (Ecuador, 900-100 a.C.). El estudio contempla la reproducción de cada uno de sus componentes organológicos.

“En el año 1994, observando las características organológicas de las flautas de cerámica antropo-zoomorfas pertenecientes a la cultura La Aguada (noroeste argentino, en el primer milenio de esta Era), surgió en mí un interés muy particular por la música de quienes, a través de la excelente calidad de esos objetos, habían dejado huellas materiales de una notable habilidad técnica y una interesante concepción del sonido. Fue entonces cuando comencé a formular interrogantes acerca de la cultura musical de las antiguas sociedades andinas. A lo largo de estos años, buscando respuestas a tales interrogantes, me especialicé en Arte Precolombino y, particularmente, en Arqueomusicología Andina; renovando en forma permanente con el análisis de cada material arqueológico musical ese primer interés”, explica Mónica Gudemos, docente-investigadora del Departamento de Música de la Escuela de Artes de la Facultad de Filosofía y Humanidades.

A través de este proyecto, que concluyó en diciembre de 2009, se llevaron a cabo actividades de investigación, docencia y difusión en numerosas instituciones públicas y privadas de Argentina, Alemania, Bolivia, Chile, España y Perú, principalmente. También se realizaron trabajos de campo con investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba, de la Universidad de Buenos Aires y  la Universidad San Pablo CEU de Madrid, entre otras. Actualmente, después de dos años de investigación en colaboración con especialistas de las universidades Complutense de Madrid, Nacional Mayor de San Marcos de Lima, San Pablo CEU de Madrid y del Institut Universitaire de France, los estudios en Arqueomusicología Andina fueron integrados al Programa del Equipo Internacional Interdisciplinario de Investigación “Andes: Estudios históricos y antropológicos”, conformado por docentes e investigadores de Perú, España, Francia y Argentina.

De la Arqueomusicología

La Arqueomusicología es una disciplina de investigación que se aplica al estudio de las manifestaciones musicales de los antiguos complejos culturales que, en el caso de este proyecto, se desarrollaron en la América Andina precolombina, especialmente en el noroeste argentino, norte de Chile, Bolivia, Perú y Ecuador.

Gudemos explica que el objeto de estudio en Arqueomusicología no implica únicamente el análisis de instrumentos musicales, sino de todo aquello que proporcione información acerca de la música como expresión cultural en las sociedades prehistóricas. Así, esta disciplina promueve el estudio sistemático e interdisciplinario de tecnologías constructivas, pinturas rupestres, iconografías decorativas, emplazamientos arquitectónicos, contextos funerarios y ámbitos topográficos de circuitos ceremoniales. Un estudio que exige tanto análisis de laboratorio (que incluyen desde la toma de placas radiográficas hasta los estudios metalográficos, el diseño de bases de datos estadísticos y de modelos de determinación acústica, así como la reproducción de sistemas organológicos de producción sonora) y trabajos de campo (en este proyecto no se contemplan precisamente actividades de excavación, sino estudios acústicos y de orientación astronómica en emplazamientos arqueológicos, así como estudios de contextos funerarios in situ, la determinación de antiguas trayectorias  y registros etnomusicológicos en las actuales comunidades andinas, como la música en la tradición oral, procesiones ceremoniales o circuitos festivos en topografía de altura), como también indagaciones de archivo, (particularmente sobre fuentes escritas primarias, como trascripción, traducción e interpretación de datos de crónicas, documentaciones civiles, políticas y religiosas, notas de viajeros, cuadernos de campo e inventarios de museos), para contextualizar socioculturalmente los materiales analizados.

“Como observé en el prólogo del primer Dossier en Arqueomusicología Andina de la Revista Española de Antropología Americana (publicada en Madrid por la Universidad Complutense en 2009), somos conscientes de las limitaciones operativas que en esta disciplina se presentan, puesto que jamás tendremos la oportunidad de registrar el instante en el que estas antiguas manifestaciones musicales tuvieron lugar, ni contamos con la información de quienes las produjeron, esos ‘colaboradores científicos y garantes de los procedimientos del investigador’ que menciona Simha Arom; pero, como también observé en la defensa de mi tesis doctoral, eso no significa que no tengamos acceso al conocimiento de aquellas realidades musicales. Es más, estas limitaciones constituyen el reto científico de nuestra especialidad. Debemos diseñar metodologías de análisis claramente focalizadas para cada caso en particular, debemos ‘aprender a interpretar’ información musical codificada también en contextos funerarios, emplazamientos arquitectónicos, técnicas y materiales utilizados en la fabricación de instrumentos musicales, fuentes escritas primarias y secundarias y un largo etcétera. Para ello, la coparticipación interdisciplinaria se considera fundamental. En nuestra investigación musicológica, se recurre actualmente tanto a la arqueología, la antropología y la historia, como a la biología, la física acústica, la arqueoastronomía, la filosofía, la plástica, la lingüística y la paleografía, sumando por cierto las técnicas especializadas utilizadas en trabajos de campo, archivo y laboratorio”, dice Gudemos.

Tecnológicamente, esta investigación ha demandado esfuerzos considerables, particularmente en lo que al estudio de instrumentos musicales arqueológicos se refiere. Sin embargo, Gudemos prefiere no exponer estos objetos a la manipulación directa durante los procedimientos de análisis acústicos. Por ello, recurrió a su reproducción en tamaño real, valiéndose de radiografías, dibujos técnicos y análisis de fragmentos. Las técnicas originales de laboreo en piedra, arcilla, madera, hueso y metal en cada cultura ocupan gran parte de esta investigación, ya que con ellas se reproducirán los sistemas organológicos básicos. Así, cuando el estado de conservación de los materiales no permite la emisión de sonido o cuando los efectos de dicha emisión generan condiciones de riesgo para los instrumentos musicales se procede al análisis acústico de sus reproducciones.

Gudemos agrega: “Cada detalle proporciona información. Por ejemplo, cuando llevé a cabo el estudio de las pinturas decorativas de los queros peruanos coloniales (vasos ceremoniales de madera de tradición incaica) del Museo de América de Madrid, para la identificación de las escenas e instrumentos musicales representados, no sólo tuve que observar lo estrictamente musical, sino también las maderas con las que habían sido construidos los vasos, el tipo de pintura y las técnicas de decorado, la posible procedencia regional de las vestimentas de los personajes representados, como así también de los diversos objetos, animales y plantas presentes en las imágenes pintadas. Posteriormente, los estudios etnomusicológicos y etnográficos brindaron valiosos datos complementarios sobre usos instrumentales, danzas o costumbres populares. Por su parte, la indagación de archivo me previno sobre diversos tipos regionales de instrumentos musicales y sobre los estamentos sociales en los que fueron utilizados entre los siglos XVI y XIX. Fue un estudio realmente interesante”.

Esta investigación, fue publicada por el Ministerio de Educación y Cultura de España en 2004, en el libro Canto, Danza y Libación en los Andes.

Los principales aportes científicos

La investigadora reconoce orgullosa que el trabajo de tantos años dio sus frutos, ya que realizó numerosos aportes a una disciplina aún no muy difundida en el mundo científico, como es la arqueomusicología. Uno de ellos, y quizás el principal, es la contextualización cultural de los instrumentos musicales arqueológicos analizados, en particular de aquellos procedentes del noroeste argentino, sobre los que había poca información. Esta contextualización implicó los primeros estudios musicológicos sistemáticos de la iconografía musical arqueológica de la región, como la de las pinturas rupestres de la Cueva CC2, en Ancasti (Catamarca).

No obstante, dos fueron los hallazgos más reconocidos del proyecto. Uno, fue el descubrimiento de la existencia de sistemas específicos de afinación de instrumentos musicales huari (800-1000 d. C.), procedentes de la costa central de Perú, que echó por tierra la difundida teoría de la uniformidad pentafónica andina precolombina, a partir de la cual se sostuvieron gran parte de los postulados sobre música andina durante el siglo XX.

El otro, fue la determinación del sistema prehispánico de medición por longitudes proporcionales, denominado en esta investigación Pichqa-Tawa (5-4). La determinación de este sistema de medición se da a partir de los resultados arrojados por los procedimientos de estudio de la demarcación de los módulos de afinación de las flautas óseas de la cultura Huari.

Antes de estudiar música, Gudemos cursó algunos estudios de astronomía. Esto le dio una base teórica y metodológica que luego aplicaría en sus investigaciones. “Para estos trabajos diseñé un prototipo metodológico con base estadística, a través del cual puede determinar que estas flautas huari estaban afinadas conforme a la demarcación de módulos específicos de longitudes proporcionales. No fue un trabajo sencillo. Por eso, tal vez, este descubrimiento es uno de mis grandes orgullos”, señala y completa: “Por otra parte, a través de este descubrimiento comprendí que hay principios conceptuales sobre afinación y sonido en nuestra cultura, que a menudo trasladamos metodológicamente en forma inadecuada a otras culturas que no se han manejado ni técnica ni conceptualmente con los mismos principios. Eso nos lleva a cometer errores que sólo se superan cuando superamos nuestras propias maneras de interpretar culturalmente los datos que obtenemos en laboratorio”.

Gudemos señala, asimismo,  que este proyecto no pudo tener mejor cierre de etapa, que la publicación colectiva del primer Dossier sobre Arqueomusicología Andina en la Revista Española de Antropología Americana, de la Universidad Complutense de Madrid, en 2009, cuya edición estuvo a su cargo.

La función social de la música en la América prehispánica

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Trabajos de campo. a: imagen de las explanadas centrales de Machu Picchu (Perú) tomada durante los estudios acústicos del espacio ceremonial; b: imagen tomada desde una de las ventanas del emplazamiento conocido como el observatorio astronómico en Machu Picchu, durante las mediciones astronómicas de posición llevadas a cabo conjuntamente con la astrofísica Ortiz García; c: mediciones topográficas en Písac (Perú); d: Contexto funerario aborigen del siglo XVI con instrumentos musicales (sitio La Falda, Tilcara, Jujuy, Argentina), excavado en 1996 por el Dr. O. Mendonça; e: danzantes en las pinturas rupestres de la cueva CC2 (Catamarca, Argentina, cultura La Aguada, primer milenio de esta Era); f, g: estudios etnomusicológicos en Tilcara (Jujuy, Argentina), participantes de procesión en Semana Santa y el coplero Don Eugenio Martínez.

Los estudios llevados a cabo en este proyecto permitieron comprobar que, en el Mundo Andino prehispánico, algunas culturas desarrollaron tecnologías constructivas diseñadas específicamente para la producción de objetos con función acústica de gran calidad. Tecnologías que, sin lugar a dudas, fueron fruto de una larga experiencia en el estudio de las propiedades del sonido y el manejo de los materiales con finalidades sonoras. Esto conduce a pensar que tal calidad en la oferta de producción sólo pudo estar promovida por una exigente demanda. No es incorrecto, entonces, conjeturar sobre la importancia social que tales objetos y sus producciones sonoras tuvieron en esas culturas.

Al respecto, Gudemos explica: “Considerando los materiales y el marco de una producción preindustrial, en algunos casos podemos hablar, incluso, de una verdadera ingeniería acústica y no tengo ningún reparo en decirlo. Existen organologías realmente notables, ingeniosos diseños de sistemas acústicos con complejas producciones sonoras que exceden el propósito de la simple emisión de sonido. El oficio de los constructores no sólo contemplaba la ‘capitalización’ de los logros tecnológicos de una larga tradición constructiva, sino también el conocimiento de patrones acústicos muy precisos, que a veces se resolvían en sistemas de afinación que, en el caso de los módulos de afinación por longitudes proporcionales de los huari, sólo pudimos descubrir recurriendo a metodologías estadísticas. En estas culturas, que haya existido la posibilidad de formar una mano de obra con este grado de especialización, significa que había una demanda con exigencias específicas. Entonces, si hay este tipo de demanda, podemos conjeturar no sólo sobre la existencia de prácticas musicales igualmente especializadas, sino también sobre la importante función social de tales prácticas. Al respecto, por ejemplo, los cronistas españoles coinciden al informar sobre la rigurosa organización de las ceremonias oficiales incaicas, en las que los cantos, las danzas y toques instrumentales eran imprescindibles como elementos de identificación estamentaria, en una sociedad fuertemente estratificada. El particular detalle con el que algunos cronistas describen los acontecimientos festivos incaicos ofrece datos que, constatados a través de estudios de campo, análisis de material arqueológico y estudio contextual histórico de las fuentes escritas, nos permiten llevar a cabo un estudio cultural de estas manifestaciones musicales, su importancia social y su concepción cosmogónica”.

Un proyecto interdisciplinario

El proyecto dirigido por Gudemos se encuentra radicado en el Área Artes del Centro de Investigaciones de la FFyH y las tres disciplinas fundamentales que lo atraviesan son la musicología, la arqueología y la antropología. “La formación del investigador, en este caso, tiene que ser necesariamente interdisciplinaria”, contesta categórica Gudemos y agrega: “Es necesario formarse en varias disciplinas para ser un correcto interlocutor en los actuales equipos de investigación. La buena consecución de los objetivos sólo se logra con diseños metodológicos específicos, que tiendan a resolver prácticamente cada uno de los problemas delimitados. Pero para responder operativamente a niveles metodológicos de exigencia, el investigador debe estar permanentemente actualizado en su formación, no sólo en lo que atañe a la especificidad de su disciplina, sino también en lo referente a los avances del resto de las disciplinas con las que interactúa en su trabajo”.

En 1994, Gudemos presentó sus primeros estudios sistemáticos de arqueomusicología andina. Se había recibido en la carrera de Composición Musical en la Facultad de Filosofía y Humanidades y cursado algunos estudios en astronomía. “Tenía formación musical y matemática, pero no arqueológica y antropológica”, cuenta. Por ese motivo, se sumó (con el valioso asesoramiento de Alberto Rex González) al Proyecto Arqueológico Ambato, entonces dirigido por José Antonio Pérez Gollán, en el que trabajó, con una beca del Consejo de Investigaciones de Córdoba (CONICOR), hasta 1997. En ese año comienza su Doctorado en Antropología de América (con especialización en Arte Precolombino: Arqueomusicología Andina) en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid.

A su regreso, comienza a dirigir su propio proyecto, en el cual participaron estudiantes, egresados y docentes de Escuela de Artes, como así también investigadores formados de unidades académicas extranjeras. “La formación de Recursos Humanos es uno de los principales objetivos de este proyecto -dice Gudemos-, por ello, hemos prestado particular atención a las actividades de formación a través de los cursos de grado y posgrado específicos en arqueomusicología y arte precolombino, los cursos de extensión en investigación en artes y los cursos especialmente diseñados para los proyectos individuales de los ayudantes alumnos y adscriptos que desarrollaron sus actividades en este proyecto”.

Entre las investigaciones que este proyecto incluyó para la formación de Recursos Humanos, se encuentran aquellas sobre Música mapuche (el Catálogo Interactivo de Instrumentos Musicales Mapuche fue declarado de Interés Nacional por la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación en 2004), sobre la Enseñanza musical en las escuelas rurales de Córdoba, sobre las Pinturas rupestres del noroeste de Córdoba y sobre Astronomía, música y sociedad en el Cusco incaico, llevado a cabo conjuntamente por Gudemos y la astrofísica  Elena Ortiz García, de la Universidad San Pablo CEU de Madrid.

Entre los proyectos complementarios al de Arqueomusicología Americana, que fue aprobado y financiado con becas del Programa de Reforma de la Educación Superior (FOMEC), y el Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD, Deutscher Akademischer Austauschdienst), se encuentran el trabajo interdisciplinario Astronomía, música y sociedad en los Andes, aprobado por la Universidad San Pablo CEU (Madrid), el CIFFyH y el Instituto Nacional de Cultura de Cusco (Perú) y el proyecto Informaciones sobre el material arqueológico musical en las notas manuscritas de Max Uhle (última década del siglo XIX), autorizado por el CIFFyH y el Instituto Ibero-Americano de Berlín. Cuando entrevistamos a la investigadora, recién regresaba de Alemania, donde se encontraba trabajando en la continuación de este último proyecto.

También, en el marco del proyecto general, se realizó el trabajo interdisciplinario de producción artística Semana Santa en Tilcara, documental antropológico llevado a cabo por la investigadora, conjuntamente con los docentes de la Escuela de Artes, Pedro Klimovsky (del Departamento de Cine y TV) y Gustavo Alcaráz (del Departamento de Música). Este documental fue estrenado el 9 de abril de 2009 en Jujuy y presentado en las XIII Jornadas de Investigación en Artes del CIFFyH, el 4 de noviembre de 2009.

Por último, Gudemos se encuentra actualmente trabajando en el proyecto de creación del Área de Estudios Antropológicos de la Música en la Escuela de Artes de la Facultad de Filosofía y Humanidades, cuya finalidad es, según apunta la investigadora, “canalizar la creciente demanda por parte de los alumnos de una formación académica especializada en Estudios Antropológicos de la Música, como así también de una contención académica de los proyectos de investigación y producción artística orientados hacia la Música Popular y formulados como trabajos finales de las carreras de Música”. Asimismo, el Área, denominada en otras unidades académicas Músicas del Mundo, promueve a través de sus objetivos tanto una formación de apertura hacia las producciones musicales de otras culturas, como una formación en investigación que capacite al alumno para enfrentar estudios de Postgrado.

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